El terremoto de consecuencias derivado de la expansión del coronavirus golpeó este lunes directamente al Sevilla, que deberá jugar a puerta cerrada el partido de ida de los octavos de final de la Europa League frente a la Roma, previsto para el jueves en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán.
Una decisión ante la que no caben ‘recursos’, ya que, como dicta la lógica, la salud debe primar frente a cualquier otra circunstancia o deseo. Y una tendencia imparable dado el crecimiento del número de casos y que también se tradujo en las últimas horas en la paralización de la Serie A de Italia, uno de los países más afectados por la epidemia.
De hecho, el primer ministro Giuseppe Conte anunció ayer la ampliación de las restricciones de movimiento a todo el territorio. Al fútbol no le queda otra que adaptarse, la salud es lo primero.