La vida saludable llega al trabajo

El 58% de los españoles come fuera de su casa, pero no todos "lo hacen bien". Son frecuentes los menús que, la mayoría de las veces, están alejados de los cánones que dicta una alimentación sana, es decir, las pautas de una dieta mediterránea. Esta pauta alimenticia, fue declarada en 2013 Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Esto significa que al patrimonio de alimentos se añaden unos hábitos, como el de las cinco comidas diarias. Pocos son los españoles que las cumplen.

La tendencia está cambiando en la última década, con el furor del running y de la obsesión por la vida sana. Cada vez se desechan más los malos almuerzos que discurren en el lugar de trabajo, evitando lo que hasta ahora ha sido hasta uno de los talones de Aquiles en la alimentación de los empleados, con el peligro que conlleva nutrirse de bocadillos a pie de ordenador. Lo cierto es que en los últimos años las costumbres gastronómicas de los españoles han cambiado a pasos de gigante. Y de esto dan fe el 33,8% de los bares y restaurantes, que ha percibido un incremento en la demanda de este tipo de comida saludable, generando un cambio en la manera de ofrecer la carta.

Cada vez proliferan más las empresas que sirven comida casera y preparada para consumir en el día a los trabajadores de empresas. Utilizan ingredientes con certificado ecológico, y cada propuesta de menú va acompañada de una tabla nutricional. La tendencia conduce a que cada vez la gente cocina menos en casa, sin descuidar lo que comen.

Si bien, el gasto medio que se invierte en comidas fuera de casa a mediodía es de 100 y 300 euros mensuales, según datos de la última encuesta disponible de 2015, elaborada por la Federación de Usuarios Consumidores Independientes (FUCI); esto hace que cada vez sean más los españoles que tiran de tupper y deciden prepararse su propio almuerzo y ahorrarse un dinero al año.

Pero si alguien sabe de comer en el trabajo, y en tiempo récord, son los japoneses, que a comer en un tupper lo llaman bento y consiste en colocar la comida en el recipiente de tal forma que cree formas o rostros. De esta manera, ir a la oficina se convierte entre los compañeros en algo divertido y competitivo: todos buscan tener el mejor bento.

No es menos cierto que no todos preparan comida sana para llevar al trabajo, y con esta necesidad cada vez surgen más empresas dedicadas a ofrecer menús equilibrados a los profesionales. Una buena alimentación hace que se rinda más en el trabajo y se incremente la productividad.

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