Juande Pérez3 min lecturaNoticia trágica con la que nos hemos levantado este miércoles en el mundo del deporte. Este pasado martes un joven de 26 años murió a consecuencia de una parada cardiorrespiratoria cuando se encontraba jugando un partido de fútbol en las instalaciones deportivas de Gaetá Huguet. A pesar de que los servicios médicos se desplazaron con rapidez hasta el lugar de los hechos, no pudieron hacer nada por salvarle la vida al joven, al cual estuvieron intentando reanimarlo durante una hora mientras se encontraba en parada cardiorrespiratoria.
Tras realizarle la correspondiente masaje cardíaco, los servicios médicos de emergencia, tristemente, no obtuvieron respuesta. Hasta el lugar de los hechos de movilizó una unidad del SAMU y otra de soporte vital básico (SVB).
Las fuentes citadas por la agencia EFE informan de que al joven se le practicará la autopsia para revelar la causa de su fallecimiento. Este fallecimiento mientras se practica deporte vuelve a traer a la actualidad la necesidad de que antes de realizar una actividad física, la persona debe saber en qué condiciones físicas se encuentra para poder hacer el ejercicio que mejor le vaya para evitar en el peor de los casos, lo ocurrido con el joven de 26 años. Hasta que no se le realice al joven la pertinente autopsia no se sabrá verdaderamente el motivo de su fallecimiento.
El mundo del fútbol está, por desgracia, plagado de casos de futbolistas de élite que por desgracia perdieron la vida a consecuencia de una parada cardiorrespiratoria y por lo tanto esto hace que sea vital la prevención y los estudios citados anteriormente. Según un estudio de St. George’s de la Universidad de Londres que realizó pruebas a 11.168 futbolistas durante 20 años (1996-2016) y dedujo que el 0,38 por ciento de los futbolistas presenta irregularidades cardiacas y los cuales el 93 por ciento, no presentan síntomas.
El profesor Sharma, uno de los responsables del estudio afirmó: "La muerte de un atleta joven es sumamente trágica cuando se considera que la mayoría de las muertes se deben a enfermedades congénitas o hereditarias del corazón que se pueden detectar durante la vida. Los deportistas afectados pierden décadas de vida. Tales muertes suscitan preguntas sobre posibles estrategias preventivas. Uno de los principales obstáculos para implicar la detección cardíaca en los jóvenes es la falta de información sobre la incidencia precisa de muerte súbita cardíaca en los atletas".