José Antonio Rivero4 min lecturaLa reciente decisión de Corea del Norte de cerrar más de una decena de embajadas ha desatado una serie de interrogantes sobre las razones detrás de este inusual movimiento. Entre las delegaciones diplomáticas cerradas se encuentran las de España, Hong Kong, Angola y Uganda. Este paso ha despertado la atención de la comunidad internacional y ha generado especulaciones sobre las implicaciones económicas y políticas que podrían estar involucradas.
En Corea del Norte, un país conocido por su hermetismo y secretismo, cualquier cambio en su política exterior es analizado minuciosamente. La clausura de embajadas es un acontecimiento significativo que pone de manifiesto la compleja situación que enfrenta el país asiático en el escenario internacional.
Según un funcionario del Gobierno surcoreano, citado por la agencia Yonhap, la decisión de cerrar estas misiones diplomáticas podría estar relacionada con asuntos económicos. El régimen de sanciones internacionales impuesto a Corea del Norte en respuesta a sus ensayos con misiles ha restringido severamente sus fuentes de ingresos. El país ha buscado obtener divisas extranjeras a través de diversas vías, como la exportación de recursos naturales y la mano de obra de sus ciudadanos en el extranjero. Sin embargo, las sanciones han limitado estas fuentes de financiamiento.
El resultado es que mantener embajadas y misiones diplomáticas en el extranjero se ha vuelto cada vez más costoso y complicado para Corea del Norte. La diplomacia tradicional conlleva gastos significativos, desde el mantenimiento de las instalaciones hasta los salarios del personal y los costos de representación. En este contexto, el cierre de embajadas podría ser una medida para reducir costos y redirigir recursos hacia otras áreas consideradas más críticas.
Si bien Corea del Norte mantiene relaciones formales con 159 países, su presencia diplomática activa se limitaba a 53 naciones, incluyendo consulados y oficinas de representación. El cierre de embajadas representa la clausura de casi el 25% de las misiones internacionales de Corea del Norte, lo que evidencia un cambio importante en su política exterior.
Las sanciones internacionales han limitado la capacidad de Corea del Norte para generar ingresos de manera lícita y han obstaculizado la financiación de sus programas nucleares y de misiles. Esta situación plantea un desafío significativo para el régimen de Kim Jong-un, que ha estado buscando formas de sortear las sanciones y mejorar su situación económica.
Además, es importante destacar que el cierre de embajadas podría tener un impacto en el compromiso diplomático de Corea del Norte. La presencia de misiones diplomáticas es fundamental para las interacciones bilaterales y la diplomacia internacional. La decisión de cerrar embajadas podría limitar la capacidad del país para mantener relaciones diplomáticas y buscar apoyo en la arena internacional.
Un ejemplo destacado de las implicaciones de esta medida es el caso de la Embajada de Corea del Norte en España. En 2019, la embajada sufrió un ataque por parte de un grupo activista, lo que resultó en la retención del personal de la legación y la posterior expulsión del embajador. Este incidente puso de manifiesto la vulnerabilidad de las embajadas de Corea del Norte en el extranjero y podría haber influido en la decisión de cerrarlas.
La clausura de estas misiones diplomáticas plantea preguntas sobre el futuro de la política exterior de Corea del Norte y su capacidad para adaptarse a un entorno internacional en constante cambio. La situación económica del país y las sanciones internacionales seguirán siendo desafíos clave que influirán en su toma de decisiones en el ámbito diplomático.