Insiste el director general deportivo del Betis, Antonio
Cordón, en que no habrá
incorporaciones invernales ("en un 99,9%" dijo en concreto) por las
limitaciones económicas heredadas de la crisis sanitaria, que obligan a la entidad verdiblanca a enjugar de aquí a que se cierre el ejercicio 20/21 entre 15 y 18 millones de euros por el desfase que ha producido en las cuentas la ausencia de
público en los estadios lo que resta de temporada. Con todo, las llamadas y los
movimientos no cesan en los despachos de la planta noble del Benito Villamarín.
Varios
intermediarios, además de sus propios agentes, tienen la
encomienda de mover a los futbolistas que no cuentan demasiado para
Pellegrini o que, aun contando, pueden dejar un mayo
pellizco en las arcas, un nutrido grupo conformado por los que no tienen
intención alguna de marcharse, al menos ahora, y por aquéllos que, de acceder, tampoco han recibido
propuestas jugosas. Por una razón no ya sólo económica, sino también de espacio, hay que dejar resquicios antes de que aterrice nadie nuevo.
De producirse el milagro, la idea del Betis es contratar a algún futbolista de
contención, llegando a a avanzar gestiones con el veterano central griego
Sokratis Papastathopoulos, mientras que tampoco se vería mal, en el mejor de los casos, la llegada de un
portero que supla a los lesionados
Bravo y Dani Martín. Si saliera uno de los tres delanteros, Cordón trataría de
compensarlo con la cesión de un hombre de ataque.
Puede ver el
estado actual de cada caso en .