El técnico del Bayern Múnich, el español Josep Guardiola,
dirigió hoy por primera vez, sin revelar estrategias, el entrenamiento del conjunto bávaro, seguido desde las gradas por unos 8.000 aficionados. El extécnico del Barcelona se presentó en el césped junto a dieciséis jugadores de su nuevo equipo, encabezados por
el capitán Philipp Lahm y con el internacional Mario Gómez acaparando casi tanta espectación como el propio técnico.
A Gómez lo sitúan los medios alemanes desde hace días en el Fiorentina, pero por parte del Bayern Múnich se ha insistido en que no hay oferta alguna por su jugador.
Sobre el césped aparecieron asimismo algunos de sus compañeros en la selección alemana, como
Thomas Müller y Toni Kross, así como el internacional francés Franck Ribéry. Faltaron a la cita Holger Badstuber y Mario Götze, ambos de baja, mientras que Bastian Schweinsteiger, aún convaleciente, siguió el entrenamiento desde el banquillo, al lado del director deportivo del Bayern, Matthias Sammer.
Guardiola ofreció el pasado lunes una multitudinaria conferencia de prensa, en la que se le escuchó hablar un correcto, aunque recién aprendido, alemán, idioma que alternó con el castellano, el catalán, el inglés y el italiano.
A esa comparecencia siguió una lluvia de elogios tanto al dominio idiomático como a la "elegancia" y la "humildad" con que respondió, pese a llegar bajo la etiqueta de "mejor entrenador del mundo". Junto a esas alabanzas se suceden asimismo en Alemania los comentarios a su atractivo físico, lo que no dejan de destacar incluso los expertos deportivos masculinos que intervienen en los muchos programas de televisión que se le dedican. La cúpula del Bayern -el presidente de la entidad, Karl-Heinz Rummenigge, el del club, Uli Hoeness, y el mismo Sammer- se han prodigado también en felicitaciones por lo que hasta ahora es
el fichaje estrella de la Bundesliga.