Brasil inaugura hoy su segundo
Mundial como anfitrión con planes de dar un golpe de autoridad que le confirme como favorito y que reivindique el papel estelar de
Neymar ante una
Croacia que enarbola la bandera del buen fútbol de la mano de
Modric y
Rakitic, acompañados de su mejor generación de jugadores después del grupo abanderado por
Davor Suker que terminó tercero en el
Mundial de 1998. A la ‘canarinha’ solo le vale un triunfo para poner los cimientos de una campaña que tiene como única meta lograr el sexto título mundial en la final de
Maracaná para que se olvide para siempre el ‘
Maracanazo’.
La receta de
Scolari será jugar con las líneas compactadas y con mucha intensidad, para abrumar a su rival, y encomendarse en ataque a las genialidades de
Neymar, la potencia de
Hulk o la habilidad de
Óscar.
Brasil también cuenta con una de las mejores defensas del mundo, con
David Luiz y
Thiago Silva, aunque el seleccionador croata,
Niko Kovac, asegura que ha detectado agujeros en la zaga brasileña que pretende explorar. Los croatas planean amargar el estreno del anfitrión disputándole la posesión con su juego de toque, gracias a un centro del campo exquisito con
Modric,
Rakitic y
Perisic, que podrían causarle muchos quebraderos de cabeza a los medios de brasileños.
Kovac ha avisado que no saldrá a defenderse, aunque hasta ahora se ha negado a mostrar sus cartas. La baja más importante del cuadro balcánico es la de
Mandzukic, que fue sancionado por su expulsión en el último partido de repesca y no podrá ser alineado. A ello hay que sumar la ausencia del lateral izquierdo titular,
Danijel Pranjic, que se lesionó en el amistoso de la semana pasada contra
Australia.
Brasil y
Croacia son los encargados de abril el telón en el ‘país del fútbol’.