El gol. Ese preciado tesoro que da sentido al fútbol, valor a una jugada y que determina partidos, objetivos y temporadas. Un premio que muchos buscan pero que solo unos privilegiados tienen la fortuna de encontrar. Uno de ellos es
Diego Domínguez Fernández (Sevilla, 06/10/1998), delantero del
Gerena que consiguió en la última jornada del año ante el
Betis Deportivo su primer doblete en Tercera para sumar un total de seis dianas en 16 partidos. “Fue muy bonito, como decir: ‘Vamos a creer, que se puede’. Ayudé al equipo en el momento idóneo”, relata el punta.
La historia de Diego Domínguez comenzó a labrarse en el populoso barrio de Amate, donde el ariete celebró sus primeros tantos con la camiseta del
Jorge Juan. Formado fundamentalmente en el citado club, también pasó por el
Betis y el
Nervión. En el
Sevilla Este completó su última etapa formativa antes de dar el salto al balompié amateur en la 17/18, cuando ni en el
San José, en la primera mitad del curso, ni en el
Algabeño, en la segunda, halló la regularidad deseada. Esa confianza que no sintió se la entregó Alfonso Lozano en el ejercicio de su consagración.
De la mano del técnico, Diego Domínguez explotó el curso anterior en la Olímpica
Valverdeña, donde anotó doce goles: “La clave fue la confianza que tenía en mí Alfonso Lozano”.
El último verano no fue fácil. Antes de recalar en el
Gerena, firmó una “ficha de compromiso” con el Antoniano tras rechazar una oferta de la UP Viso. Después de dos semanas de entrenamientos, Rubio le aseguró que no iba a tener minutos: “Me dice que la forma de jugar del equipo no es compatible conmigo”. Su repentina salida coincidió con el inicio, en un principio, del trabajo en el Gerena, que se vio obligado a parar después de dos sesiones. “La directiva nos pedía esperar”, recuerda. A falta de una semana para la competición, Diego Román tomó el mando y el deseo de Diego Domínguez de “dar el saltito” por fin se hizo realidad: “Antes de hacer un equipo, construimos una familia. Éramos 13”.
Con muchos obstáculos tanto para él como para el Gerena, comenzó el curso de su debut en la categoría. Tras pagar el lógico peaje, la victoria ante el Arcos fue el punto de inflexión. Una fecha antes había anotado su primer tanto en
Pozoblanco, donde salió desde el banquillo debido a su nuevo estatus con la llegada de
Joel Sanabria, que le robó la titularidad. “Me crecí y entrenaba como el que más en lugar de bajar los brazos”, cuenta un
Diego Domínguez que halló premio a su constancia.
Desde entonces, ha sido titular en ocho de los últimos nueve encuentros, participando en todas las victorias del Gerena en el
José Juan Romero y anotando cinco dianas más, tres de ellas en las dos últimas jornadas: “El ansia del gol te pesa. Cuando abres la lata, te liberas, juegas con más confianza”.