Alberto Viñuela3 min lecturaHace semanas que la lógica abandonó la lucha por el ascenso, y los resultados inesperados se suceden. El último, el triunfo de Las Palmas en Ipurúa, un marcador que ha supuesto un cataclismo en la zona alta y que deja al Granada en tercera posición, dependiendo de terceros para lograr el ascenso directo, una situación que los rojiblancos querían evitar a toda costa.
A pesar de este nuevo decorado, en el que los andaluces ya no dependen de sí mismos, en Los Cármenes siguen siendo optimistas y, viendo la poca fiabilidad del resto de los actores implicados, confían en que firmando un pleno de triunfos ante Lugo, Mirandés y Leganés el billete directo a la máxima categoría esté asegurado.
Sobre el papel, los de Paco López tienen un calendario amable, con dos partidos en su estadio, donde no conocen la derrota, y frente a rivales que ya no se juegan nada, un escenario favorable para los intereses nazaríes que, además, ya saben lo que es encadenar tres triunfos consecutivos en este curso. Lo lograron en las tres primeras fechas de la competición y, más recientemente, al encadenar cuatro triunfos, precedentes a los que se aferran los granadinos.
Obligado a mirar de reojo al camino de sus rivales directos también hay indicios positivos para los intereses del Granada. Las Palmas, que en estos momentos lidera la tabla, tiene por delante dos encuentros en su estadio, pero uno de ellos, el que cierra el calendario, es ante el Alavés, otro de los implicados en el ascenso directo, y además tendrán que visitar al Cartagena, que intenta apurar sus opciones de colarse en los puestos de playoffs.
El Eibar, que ha perdido fuelle en las últimas semanas, tiene un calendario favorable ante contrincantes de la zona baja que han asegurado la permanencia virtual, aunque dos de esos tres duelos son lejos de su estadio, lo que eleva un punto la dificultad.
Con todos estos datos, el Granada sólo piensa en lograr los nueve puntos que quedan en juego, un botín que creen que les acercaría al objetivo de los puestos de ascenso directo a Primera División y que, como mal menor, les aseguraría la tercera plaza, un privilegio que allana el camino en los playoff, aunque en el vestuario rojiblanco sólo se contempla la vía directa hacia la máxima categoría del fútbol español.