Tiene detractores que no encajan su perfil medio-bajo, pero su gestión es incuestionable y el buen manejo de las situaciones adversas ha multiplicado su crédito entre la siempre crítica y exigente afición sevillista.
Pepe Castro sale airoso de todos los lances. Con buen talante, con una aparente debilidad que esconde una tremenda firmeza ha llevado al
Sevilla a las mayores cotas deportivas de su historia. Tiene un concepto claro que le conduce al éxito o, cuando menos, al mayor de los respetos, y lo aplica como filtro a todas sus decisiones.
En su Sevilla sólo hay tres elementos imprescindibles:
el escudo, la bandera y la afición. Tres símbolos eternos e intocables en su esencia. El resto es transitorio, temporal. ¿Que
Emery decide marcharse? Adiós, muchas gracias, firme usted aquí porque es lo más justo para el Sevilla y a su disposición todos los medios del club para marcharse como todos los grandes en esta entidad. ¿Que Unai se enfada porque esperaba otra cifra mayor en la casilla inferior de la derecha? Es su problema. El interés de la institución lo antepone a cualquier interés individual o personal. Una lástima que las partes hayan desaprovechado la ocasión para no empañar el adiós de Unai, pero Castro ha vuelto a actuar con guante de seda y mano de hierro. Ha puesto el límite donde entiende que no se menoscaba al Sevilla y no permite que se lo salte ni el
mejor entrenador en la historia del club.
¿Que Emery le arrebata al Sevilla a
Ben Arfa? Tampoco pasa nada. Ben Arfa era una opción y el Sevilla sólo ficha a futbolistas plenamente identificados con sus emblemas, los mismos a los que se aferra el presidente para reinventarse, para volver a ilusionarse y a ilusionar, para trabajar como el que más. Pepe Castro aprovecha las oportunidades porque está donde tiene que estar. No le engañan porque se entera de todo, porque le informan de todo y, si no es el caso, porque pregunta por todo. Trabaja, además, con pasión, y ese factor multiplica su efectividad. Hace lo que le gusta y disfruta haciendo grande al Sevilla.
¿Vender a
Krychowiak por debajo de su cláusula? Sí, porque será bueno para el crecimiento de la entidad. No aprovecharlo sería, además, una irresponsabilidad. Y así el cuento de nunca acabar: reformar el estadio para lograr una gran final; fichar a
Sampaoli porque tiene hambre, quiere triunfar en Europa y crecer junto al Sevilla; depositar plena confianza en
Monchi y en sus fichajes porque muchos multiplicarán su valor en Nervión€ Tres palabras para un único concepto:
Sevilla F.C. Un triple filtro 'mágico' que Castro aplica a sus decisiones y que, hasta la fecha, garantizan el éxito porque está íntimamente ligado a la honradez en la gestión: escudo, bandera y afición.
Joaquín Adorna
