Endiosar a Lo Celso

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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Endiosar a Lo Celso
- Joaquín Adorna
Se le puede endiosar. Acaba de llegar, pero se le ha visto muy pronto, en tres carreras, en tres controles, en tres asistencias, en el golazo al Dudelange, en su partido en el Nou Camp... que está llamado a sentarse en el trono de los elegidos. Futbolista de los elegidos. Tan bueno como Bartra, pero en otro escalón por la posición que ocupa y por su influencia en el juego de ataque. Llegó a ocupar la plaza de la que se cayó a última hora Rafinha y, casualidades del destino, Rafinha le vio lucirse desde la grada el pasado domingo mientras él quedaba descartado para que volviera el 'Dios' Messi.

El Betis tiene a su propia divinidad y tiene, además, la posibilidad de quedárselo en propiedad. Todo gira, como el balón, y todo cambia, pero los 25 millones de euros con los que Serra Ferrer puede comprar a Lo Celso cuando acabe su cesión (compra obligatoria si el Betis se clasifica de nuevo para la Europa League o voluntaria si no lo logra) suenan en estos momentos a una cantidad ridícula para una más que previsible venta millonaria a corto-medio plazo (22 años, internacional con Argentina y con una enorme proyección). El negocio se ve venir y ya ha comentado el vicepresidente bético, Jose Miguel López Catalán, que tiene "clarísimo que Lo Celso se va a quedar".

Y eso que llegó como llegan muchos jóvenes a primera hora de la mañana a la puerta del instituto, con la campana sonando, en su caso mientras se cerraba la puerta del mercado estival. Siempre fue, dicen en el Betis, la primera opción, aunque se estuvo negociando con Rafinha hasta que su fichaje -cesión- se puso imposible. Setién envió elogios al zurdo del Barça, "es un jugador top"; Bartra medió explicándole las bonanzas de una ciudad maravillosa para vivir y el ilusionante proyecto de un club en pleno crecimiento; e incluso el padre de Rafinha, Mazinho, había dado la señal de una casa en la que pretendía instalarse su hijo. Finalmente, Serra se vio obligado a dar un repentino giro de teclas para establecer conexión con Francia, con el París Saint-Germain, y dar un golpe maestro logrando la cesión del internacional argentino.

Dos meses y medio le han bastado para convertirse en el nuevo ídolo de la afición del Betis. La exhibición de los de Setién en el Nou Camp, con gran participación suya, le han puesto en el escaparate mundial. Se estrenó como goleador en LaLiga, es el 'pichichi' de su equipo -acumula otros tres goles en la Europa League- y ya todos se preguntan si será el futbolista que lidere una nueva etapa de éxitos en el Betis.

De momento, se le puede endiosar como hizo el 'community manager? del club en las horas previas al partido ante el Barça, ("si Messi es el ‘D10s’ del Barcelona, Lo Celso es una divinidad para el beticismo", indicaba en un montaje fotográfico), porque tiene tanta calidad que difícilmente te va a dejar en mal lugar. Casi nunca pierde el balón, sabe asociarse, tiene arrancadas espectaculares en velocidad con las que rompe líneas con una facilidad asombrosa, ve el último pase con clarividencia y ya ha demostrado que tiene gol y la buena suerte para marcarlos, que también es necesaria.

Nueve partidos de Liga (un gol y una asistencia) y tres en la Europa League (tres goles y una asistencia). Un futbolista con duende llamado a convertirse en pieza determinante (por su venta o por su etapa en el Betis) en la construcción del equipo campeón al que aspiran los dirigentes y todos los béticos.
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