Machín, a resetear con el motor en marcha

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
3 min lectura
Machín, a resetear con el motor en marcha
- Joaquín Adorna
Se ha encendido la luz de avería con el coche en marcha, en plena autopista y sin opciones de pararse en el arcén. Sólo hay una opción: pisar el embrague y, en la inercia, girar la llave para apagar y encender el motor. Reseteo de urgencia para que la advertencia quede en falsa alarma. En similar tesitura se encuentra Machín con su Sevilla tras la bochornosa derrota en el Bernabéu, el inminente duelo copero ante el Barça y el resto de la cuesta de enero en LaLiga con rivales asequibles (Levante y Eibar en casa; Celta y Villarreal, fuera), pero con la aguja del depósito de gasolina dando síntomas de estar entrando en reserva.

La condición física, realmente, es una incógnita. El equipo dio muestras de cansancio ante el Madrid, aunque tal vez la apariencia responda más al desgaste mental acumulado y a la inercia negativa y preocupante en la que ha entrado el equipo fuera de casa. Este es, sin duda, el gran problema que debe atajar Machín. Con los datos estadísticos en grandes escenarios y los puntos que obtiene el Sevilla a domicilio difícilmente se puede aspirar a la cuarta plaza. Hay dos Sevillas. El del Sánchez Pizjuán y otro, menor, cuando sale de su zona de confort. Para colmo, el calendario asimétrico en la recta final de la primera vuelta le ha perjudicado. De los últimos 7 partidos, 5 los ha jugado fuera y 2 en casa.

Los técnicos sabrán qué teclas tocar para mejorar el rendimiento colectivo. En el individual, salta a la vista el bajón de Sarabia. Su presencia entre líneas, su desborde y su llegada a gol han dejado de ser un desahogo fundamental; a cambio acumula dañinas pérdidas de balón. En la banda izquierda Escudero no es el que era. Tuvo la única ocasión de gol en el Bernabéu, pero está lejos de su mejor nivel. Promes, a pierna cambiada, da mayor profundidad y genera más peligro. Los rivales, además, ya saben que el caudal ofensivo del Sevilla se seca tapando a Navas y la creatividad de Banega.
Machín -ya lo ha hecho una vez- está obligado a dar una nueva vuelta de tuerca a su sistema. El Barça, en Copa y sin Dembélé, le da la primera reválida.
Unete a nuestro canal de Whatsapp Únete a nuestro canal de Telegram