Setién y Machín, con margen para la reacción

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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Setién y Machín, con margen para la reacción
- Joaquín Adorna
La derrota en Huesca del Sevilla ante el colista, la quinta consecutiva a domicilio, ha dejado el crédito de Pablo Machín bajo mínimos. Los números del conjunto sevillista con el técnico soriano son indefendibles. En la segunda vuelta, 7 partidos, ha sumado sólo 4 puntos de 21 posibles, lo que le convertiría en aspirante a evitar el descenso. Y de los últimos 30 puntos -10 partidos-, tan sólo ha sido capaz de ganar 6. Evidente caída libre que se agudiza cuando juega fuera de casa.

Pese a esa realidad, llama la atención el mayoritario respaldo que dan los sevillistas a Machín en la encuesta realizada por ED en nuestra web. Hasta un 80% considera que el Sevilla no debe destituir a Pablo Machín. El entrenador tiene gran parte de culpa porque es el que toma las decisiones que más afectan al juego del equipo, pero es obvio que la afición entiende que el problema es más profundo y que hay circunstancias que han impedido que el Sevilla esté mejor clasificado en la tabla.

A Machín se le puede responsabilizar, sobre todo, de su empeño en jugar con tres centrales cuando está quedando claro que no hay suficiente calidad en los mismos ni defensiva, ni para subir el balón y conectar con el centro del campo, ni para los golpeos de larga distancia. Y en su descargo en esta línea están las lesiones de Carriço, el central con más jerarquía, y Gnagnon, un único buen partido -ante el Atlético de Madrid-.

También debe ser Machín quien siga explorando el cambio de sistema, le funcionó el 4-4-2 en el primer tiempo ante el Barcelona, y quien logre que el equipo no se desconecte mentalmente en todos los partidos y cometa constantes errores de concentración con los que va tirando minutos y puntos. Los técnicos del club habrán realizado un análisis más profundo para saber dónde están los errores individuales y colectivos, así como el porqué de la acumulación de lesiones, que hacen que el equipo no funcione. También los errores que se hayan cometido en la planificación que comanda Joaquín Caparrós. En el mercado invernal se ha fichado bien, pero a Munir, Wöber y Marko Rog les está costando aportar el nivel que necesita el Sevilla.

A la vista salta, sobre todo, que no han funcionado los centrales y que falta físico en el centro del campo. Retrasar a Banega fue una buena solución ante la lesión de Gonalons, pero alejar su calidad de la zona de ataque y obligarle a hacer tantos kilómetros, hace que el argentino llegue tarde a muchos sitios -acumulando tarjetas- y sufra en exceso, en vez de disfrutar -él y el equipo- con la calidad su fútbol. La confianza en Machín sigue siendo plena, por su capacidad de trabajo y por la flexibilidad que ya ha mostrado para adaptarse a las adversas circunstancias. Sin embargo, urge que sea capaz de cambiar la dinámica perdedora, empezando por obtener un buen resultado en el Sánchez Pizjuán este jueves ante el Slavia de Praga en la Europa League y frente a la Real Sociedad el próximo domingo en LaLiga.
Con Quique Setién en el Betis aún está más crispado el ambiente después de la frustración que ha generado en la afición la eliminación en la Europa League y en las semifinales de Copa en una semana y media para olvidar.

De hecho, en la misma encuesta realizada en nuestra web hay una mayoría de aficionados que consideran que el Betis debería destituir a Setién, aunque realmente hay una clara división en la grada. Los pitos al técnico y el cántico "Quique vete ya" sonaron con fuerza en el Benito Villamarín antes y durante la derrota sufrida frente al Getafe. Serra Ferrer no va a tomar ninguna determinación porque confía en que Setién enderece el rumbo del equipo, más aún ahora que quedan 12 únicos partidos en LaLiga. El empeño del técnico en su estilo sólo encuentra respaldo unánime en la grada si va acompañado de triunfos. El bético quiere presente. Se ha cansado de esperar y ha subido el listón de exigencia. Quiere finales, que su equipo gane algún título y que la clasificación para Europa se convierta en una constante en los próximos años.

Toda la culpa, desde luego, no la tiene Quique Setién. También hay evidentes errores en la planificación. En enero se ha reforzado el lateral izquierdo con un diestro, Emerson, que ha llegado tarde y que no ha podido ayudar a evitar el descalabro en Copa y Europa. Se ha marchado el delantero que gustaba al técnico, Sanabria, y se ha quedado el punta en el que no confía, Sergio León -señalado junto a Barragán ante el Getafe al cambiarles en el descanso-. A Jesé le va a costar tiempo hacer goles y alcanzar el nivel de máxima competición. Y Diego Lainez tiene calidad, pero con 18 añitos y el escalón que existe entre la liga española y la mexicana, es más futbolista de futuro que de presente.
Tanto Setién como Machín tienen por delante otro año de contrato. En ambos casos, sería un error destituirles ahora. En el caso de Setién, la plantilla está hecha a su imagen y semejanza en su segunda temporada al frente del equipo. A Machín hay perfiles que no encajan con su modelo, pero es su primera campaña en el Sevilla y tan extraño era que tuviera al equipo líder, como ahora ofreciendo tan bajo rendimiento. Siguen vivos los proyectos... hasta que lo permitan los resultados.
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