A nueve finales, con un derbi en el Sánchez Pizjuán el Sábado de Pasión, de una sentencia definitiva a una temporada que no terminan de enderezar los dos grandes clubes sevillanos.
El efecto Caparrós se apagó en el segundo arreón y las críticas se han centrado en el técnico tras la trascendental cita ante un Valencia que le adelanta en la tabla y le gana el golaverage (con empate a uno acabó el partido en Mestalla).
Aunque reaccionó Caparrós en el descanso dando entrada al 'Mudo' Vázquez por Amadou,
se equivocó el técnico utrerano en el planteamiento inicial con la ubicación de Banega en banda derecha -fue un error echarle a pelear con Gayá, sobre el que cometió
un penalti evitable- y por cambiar a
Promes, en vez de
Munir, para dar entrada a un eléctrico
Bryan Gil para buscar más desborde en la recta final del encuentro. El jueves ante el Alavés, otra oportunidad en casa para levantarse sin margen de error antes de visitar al Valladolid y recibir al
Betis.
También desperdició una oportunidad para escalar en la tabla -tras las derrotas del Getafe y el Alavés- el Betis. Cae a la novena posición después de un pésimo encuentro en el que se vio completamente superado por el Rayo. Lo mejor, el punto sumado que le deja a tres de Europa. Setién se ha instalado en el inmovilismo, no cambia nada pese a que el equipo está en encefalograma plano, y desde el club -
Serra Ferrer como máximo responsable deportivo- tampoco hay aviso a navegantes:
ni se respalda al técnico públicamente, ni se le cuestiona.
Tiempo hay para la reacción en el esprint final. En la jornada intersemanal, el Valencia va a recibir al Madrid; el Getafe se juega de nuevo la cuarta plaza visitando al Espanyol; el Sevilla recibe a otro rival directo -el Alavés-; y el Betis repite a domicilio en Anoeta ante una Real Sociedad que, si gana, le igualaría a puntos -40- y pujaría por Europa. 27 puntos dan para mucho, pero
faltan síntomas y sensaciones que inviten al optimismo.
Joaquín Adorna
