"Construyendo el
Sevilla del futuro”. Como slogan de una campaña publicitaria elegido a conciencia por un experto departamento de marketing suena fenomenal. Tan perfecto parece, que hasta el presidente
José Castro se ha anticipado a los más suspicaces: “No es una frase bonita para contentar a los sevillistas. Ya estamos trabajando en ello”.
Que el
Sevilla del futuro que tienen en sus cabezas
Monchi -ideólogo- y Castro -ejecutor, junto a su consejo de administración- está construyéndose es una realidad palpable. En absoluto destila aires de publicidad engañosa vacía de auténtico contenido.
El nuevo salto cualitativo, instalarse definitivamente entre los mejores clubes de
Europa, pasa por seguir conquistando éxitos deportivos en un contexto de instalaciones que ayude a profesionalizar aún más a los actores principales. Subir otro escalón no es fácil cuando ya se toca el techo de crecimiento.
Cuesta aún más hacerlo con las dificultades añadidas de crear con el tren de alta velocidad en marcha; viajando en avión por Europa una semana sí y otra también; y preparando las funciones programadas en casa desmontando y montando las entrañas de la parte principal (la grada de Preferencia) del gran teatro de Nervión.
La nueva ciudad deportiva del Sevilla traslada y potencia el corazón de un club que va impulsado por la fuerza de su plan estratégico. En lo deportivo, marcado por Lopetegui y su variado repertorio táctico. En lo institucional, por la ambición de
Monchi y la determinación de
Castro. Conocer el destino allana el trayecto.
Joaquín Adorna
