Fusilado en el 0-1, poco pudo hacer para evitarlo el meta verdiblanco, salvador en la segunda mitad para evitar el segundo en un mano ante Portu en el que se le hizo gigante al atacante realista. Concentrado, respondió también con agilidad a las dos ocasiones consecutivas con las que la Real arrancó la prórroga.
Cara y cruz. Se animó a sumarse al ataque con asiduidad, generando superioridad por su costado aunque sin finalizar sus incursiones en centros. Esto, sin embargo, le llevó a sufrir más de lo deseado en defensa, como en la acción del 0-1, cuando acudió a cerrar tarde la subida de Oyarzabal, dejando un espacio que el realista no desaprovechó.
Sencillamente, está en un momento espectacular. Comenzó entonado, rompiendo líneas con sus vertiginosas conducciones para presentarse en el balcón del área donostiarra. Luego fue cayendo en el ritmo cansino del equipo, pero el cántabro siempre aparece, sacándose un ajustado disparo desde la frontal del área que permitió el empate de su equipo para forzar la prórroga.
Definitivamente, el mexicano no sólo se ha enchufado, sino es que es uno de los que tira del carro con más fuerza. Siempre da sensación de peligro, con la pelota cosida al pie por la diestra o yéndose al centro para asociarse con Fekir. Le penaliza su error en el remate que pudo suponer el empate, a un metro de Remiro.
Tras sus buenos minutos en Anoeta, disfrutó de su primera titularidad en este 2021 y, aunque se mostró vertical, apenas consiguió alcanzar en una ocasión la línea de fondo en toda la primera mitad, donde estuvo bien atado por Gorosabel. Tras el descanso, llevó peligro con un duro chut lejano entre la niebla, pero fue uno de los primeros cambios de Pellegrini.
Sin opciones de remate, se le veía algo ofuscado, acudiendo en ocasiones con excesiva fuerza a la presión, lo que le hizo ganarse una amarilla en la primera mitad, donde también soltó una mano sospechosa. En la segunda, tuvo alguna en el área pero no estuvo fino ni en los controles ni en el disparo, rematando su partido con la segunda amarilla por una patada en un intento de remate acrobático.
El técnico chileno ha conseguido insuflar competitividad a su equipo, que nunca baja los brazos y sigue confiando en su estilo de juego para firmar una remontada tras otra en este 2021. Los cambio, además, le salieron redondos, inyectándole veneno a su equipo al tiempo que Imanol se lo restaba al suyo.
Su salida al campo le dio de nuevo al equipo el vértigo que necesitaba, pisando área con peligro para buscar centros envenenados entre la niebla que invadía el Villamarín. Esta vez no pudo ser el héroe completo al errar en un remate de cabeza franco que pudo evitar la prórroga, pero puso un balón de oro a la cabeza de Borja para firmar una nueva asistencia y cerrar la eliminatoria.
Buenos minutos del portugués, que contribuyó a que el Betis tuviese el balón y acrecentase su dominio al mover el balón con acierto, rozando además el gol con un remate de cabeza y una acción de calidad en el área. Ahí es donde explota todas sus virtudes, cerca de la meta rival.
Por fin apareció el Panda. ¡Y vaya manera de hacerlo! En el momento justo, sacó a relucir las cualidades que llevaron al Betis a pagar una millonada por su traspaso. En la primera que tuvo, bajó un balón largo con un control delicioso y batió a Remiro con un un disparo certero que habría puesto boca abajo el Villamarín de no ser por la pandemia. Y para redondear su resurrección, cabezazo inapelable para rematar el pase a cuartos.