Le pegaba al balón con una técnica asombrosa, se movía entre líneas siempre con la misión de encarar la portería contraria y encontrar espacios para los delanteros. Incluso marcaba goles. En su mejor temporada, en el filial del Sevilla en 2ªB, 11 ni más ni menos. Ahora, a sus 39 años, una vez colgadas las botas hace cuatro,
lleva nueve meses ejerciendo como entrenador del Rayo Majadahonda, el
rival del Málaga en la segunda ronda de la Copa del Rey. Es
Abel Gómez, sevillano de nacimiento, granadino de corazón y
malaguista durante dos temporadas. Ambas las pasó en el filial, temporadas 04/05 y 05/06, cuando este militaba en Segunda división. Era uno de los imprescindibles, de los titulares incontestables. Aun así,
no llegó a jugar en el primer equipo y se marchó al Real Murcia coincidiendo con el descenso del Málaga a 2ª y el automático del Malagueño a la categoría de bronce. Antes de su etapa blanquiazul había sido reclutado por el Sevilla, donde estuvo cinco temporadas sin poder estrenarse tampoco con los mayores.
Tras retirarse después de un periplo por el
Xerez, Granada, Córdoba, Cádiz, Lorca, Ucam Murcia y Sanluqueño, consiguiendo cuatro ascensos a Primera, colgó las botas. Y ahí mismo comenzó su carrera como técnico, que le ha llevado a dirigir al Rayo desde marzo de este año. Ahora, Abel se enfrentará a su pasado entre el 14 y el 16 de diciembre.
El Málaga también se encontrará con otro ex,
el delantero Héctor Hernández, cuyo paso por
La Rosaleda no fue demasiado afortunado y apenas duró cinco meses después de que el club costasoleño decidiera cortar la cesión del que un día fue una promesa del
Atlético de Madrid.
César Suárez2 min lectura