Todo corazón

Todo corazón
- Juan Miguel J. Randado
Juan Miguel JiménezJuan Miguel Jiménez3 min lectura
Atrás quedaron los regios desfiles por el ´paddock´, el crisol de chaquetillas intercambiando emplazamientos en el horizonte, los resguardos de ilusión... La temporada invernal del Gran Hipódromo de Andalucía Javier Piñar Hafner puso el punto final, cubriendo con una lona virtual y perecedera la hierba nazarena y desenterrando la cíclica nostalgia de los aficionados. La añoranza por lo que pasó, por la espera consecuente y por la percepción, tal vez inconsciente, del turf como una metáfora de algo más profundo. Por aquello que Fernando Savater definió como un resumen o maqueta de la vida. La confluencia entre "el espacio acotado del mundo", la pugna sentimental y "el tiempo preciso en que todo se pierde o se gana".

Convergencia plasmada en el escenario, en los espectadores y, por supuesto, en los propios intérpretes. Reflejada con más esplendor en los capítulos memorables y, contradictoriamente, amarilleados u olvidados. Únicamente salvados, en casos sobresalientes, por algún guiño de la literatura, el cine o la televisión. Como el de la factoría Disney al legendario ´Secretariat´. Con la aureola de producto sin grandes pretensiones, Diane Lane y John Malkovich llevaron las riendas de una película que, pese a no sortear los clichés del filme prototípico de superación, desempolvó la historia del ínclito purasangre.

Ganador de la Triple Corona de Estados Unidos (Derby de Kentucky, Preakness Stakes y Belmont Stakes) en 1973, tras 25 años de orfandad, ´Secretariat´ se aupó, con todo merecimiento, al Olimpo de las carreras. Y no sólo por relevar en el palmarés a ´Citation´, su lejano predecesor en 1948, pues su currículo atesoró méritos a espuertas. Estableció varios récords (aún vigentes tanto en Kentucky como en Nueva York, donde se impuso por 31 cuerpos para redondear su gesta), fue nombrado ´Caballo del Año´ en 1972 y 1973 y, por encima de todo, su recuerdo dejó huella más allá del ámbito hípico. De hecho, fue portada de ´Time´ y ´Newsweek´, y, en una lista elaborada por ´ESPN´ para ordenar a los 100 mejores deportistas estadounidenses del siglo XX, se alzó hasta la trigésima quinta posición (primero de los tres no humanos), por delante de figuras como Julius Erving o Pete Sampras.

Un purasangre todo corazón. Y nunca mejor dicho. Corría con pasión, la transmitía a la grada y guardaba un secreto que únicamente pudo confesar al morir. La autopsia reveló que contaba con un corazón mucho mayor que el de cualquier ejemplar de características similares a las suyas. Un corazón inolvidable. De los que hacen afición. De esos capaces de aplacar la nostalgia hasta que el sonido de los cajones vuelva a disipar el letargo.
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