Unai

Emery ha crecido mucho en Sevilla y el club se ha beneficiado de ello. No sería extraño que nos pasemos la temporada pendientes de su futuro. Milan, Nápoles, West Ham, ahora PSG… hasta la ‘Roja’ de Villar tras la Eurocopa. Unai ya ha sido ofrecido por Jorge Mendes en alguna ocasión en el mercado continental, aunque no trabaje realmente con el portugués. El de Fuenterrabía ya quiso volar hace unos meses como bicampeón europeo. Las tensiones para su renovación el pasado verano han revoloteado por el Sevilla tras su irregular comienzo de temporada. Se apostó todo a la Supercopa ante el Barcelona, se adelantaron los tiempos y la preparación. El equipo lo pagó en septiembre y parecía muerto por momentos. O mucho me equivoco, o si cumple su contrato con el Sevilla será un milagro. El club no puede hacer más, el vasco tiene un sueldo top y todo lo que necesita a su alrededor. Un cuerpo técnico meticuloso, un fichador nato como Monchi y hasta un entrenador que le traduce cada consigna a la estrella Konoplyanka. Sí, Banega no tiene sustituto, Aleix Vidal tampoco y ni Gameiro ni Llorente tienen por qué ser Carlos Bacca. Vitolo y diez más, en la que podría ser la plantilla más completa jamás confeccionada. Pues toca empezar a demostrarlo. Lo que llega ahora son Los Alpes y si el equipo revienta al Manchester City y al Real Madrid, se hablará de Emery en media Europa. Antes, hay que pasar por El Madrigal, donde a Marcelino se lo llevan los demonios porque no supo cómo ganar al Sevilla la temporada pasada ni una sola vez. El asturiano sigue siendo un espléndido -y llorón- técnico que fue devorado por el vestuario sevillista. Buena parte del trabajo de Unai es conciliar ahí dentro los egos. Si los triunfos siguen, le será más fácil.