A los músicos del Señor

Amigo, me acuerdo mucho de ti. De tu corneta, de tu mantolín y de tu uniforme. Los has tenido que guardar demasiado pronto. De tu cariño al Señor de la Presentación al Pueblo. Tú, que tuviste que esperar cuatro años para acompañarlo, sabes mejor que nadie la tristeza que invade en estos días a Sevilla.

Tu corneta no abrirá las puertas de la ciudad en El Porvenir. Tampoco podrás 'desertar' para ver a tu Virgen de la Candelaria. No te preocupes por mí, tarareando el solo de 'De Nazaret a Sevilla' soy capaz de emocionarme como si en dos días pudiésemos estar disfrutando en Pino Montano.

Amigo, tus ensayos para el Lunes Santo están siendo duros. Te estás preparando para rezarle de una forma distinta al Señor de la Redención. No podrás hacerlo con tu trompeta, pero, aunque te parezca mentira, este año estarás más cerca que nunca de Él.

No te preocupes, ahora que hace mucha falta, la marcha 'Barrio de la Salud' sonará con más fuerza este Viernes de Dolores. Cuánto le debe Sevilla a sus músicos, aquellos que, por amor a sus titulares, trabajan durante todo el año soñando con un día que este año no llegará. Vuestro amor es quizá el más sincero de la Semana Santa. Vosotros, amigos, representáis a los músicos del Señor.