Paquito Navarro se encuentra con su propia medicina

Paquito Navarro está cumpliendo, pero por los pelos. Siendo el principal favorito a conquistar el FIP Sevilla junto a Luca Bergamini, el jugador sevillano no termina de encontrar su juego en la pista, pero sí lo que podemos llamar ya como su propia medicina, esa que le enciende y le hace mostrar sus mejores golpes.

Aunque tras el descanso de verano está claro que la versión de Paquito no es la mejor posible, ello no le está impidiendo avanzar en el torneo de su casa, ese que se disputa en la capital de Andalucía y en el que ya está en semifinales tras imponerse a Franco Renato dal Bianco y Carlos Daniel Gutiérrez, quienes han supuesto un quebradero de cabeza para el número 1 del torneo.

Tras un primer set en el que la pareja hispano - brasileña se ha puesto primero 4-0 arriba para acabar cerrándolo por un cómodo 6-2, todo se ha complicado en la segunda manga hasta el punto de que han sido los sudamericanos los que se la han llevado en el tie break. Pues bien, justo esto es lo que necesitaba Navarro para dar un paso al frente sobre la pista.

Al igual que pasó en los octavos de final tras perder en ese caso el primer set, Navarro y Bergamini se pusieron manos a la obra para ir golpeando constantemente a sus rivales hasta hacerles morder el polvo en la batalla definitiva por 6-4. No están en su mejor momento, pero siguen siendo muy buenos.

Ya con la victoria en el bolsillo, será este viernes 19 de septiembre cuando tengan lugar las semifinales. Navarro y Bergamini se verán las caras con Francisco Guerrero y Javier Leal, pareja número 5 del torneo, mientras que la otra eliminatoria para llegar a la lucha final por el campeonato la disputarán Momo González y Jon Sanz (favoritos) contra Alejandro Ruíz y Víctor Ruíz.

Paquito Navarro, en busca del equilibrio

Así es. Pese a que por momentos el juego le acompaña, a Paquito Navarro le está costando encontrar cierta continuidad en su juego; tanto es así que por momentos parece tan cerca de ganar los partidos como de perderlos. Si encuentra ese equilibrio dejará de necesitar que los rivales le pongan contra las cuerdas para pisar el acelerador.