Sevilla F.C. 0-2 Valencia: Despierta, cierra los ojos y sigue soñando

Sevilla F.C. 0-2 Valencia: Despierta, cierra los ojos y sigue soñando
- Aitor Torvisco
Aitor TorviscoAitor Torvisco 7 min lectura
A todos nos ha pasado alguna vez eso de estar disfrutando en sueños de un momento idílico y que, justo en el cenit, un repentino despertar interrumpa el dulce sueño y te devuelva a la realidad. Claro que, si el despertador aún no ha sonado, siempre cabe la posibilidad de volver a cerrar los ojos y sumirse de nuevo en el mundo de lo onírico, donde tocar el cielo con la punta de los dedos es posible. Eso le pasó al Sevilla, que despertó del sueño de la cuarta plaza liguera al evidenciar su falta de pegada y regalar el 0-1 a un efectivo Valencia, que aumenta a once puntos su colchón a falta de diez jornadas, pero que se dio la vuelta en la cama y se adentró en un sueño aún más ambicioso: perforar al menos una vez las redes de Old Trafford este martes y hacer trizas la barrera de los octavos de final de la Champions League.

Sea por la insistencia en no rotar o porque sabía que el rival le iba a esperar muy atrás, el Sevilla se hizo con el control del juego pero le costó encontrar profundidad, ya que el Valencia, muy replegado, le cerraba los pasillos interiores y esperaba el error con la salida limpia de Coquelin, Kondogbia y Parejo y la velocidad al espacio libre de Guedes y Rodrigo, con Zaza como referencia fija. El primer disparo entre los palos, sin embargo, corrió a cargo de un combativo Nolito, de vuelta a la izquierda tras varios partidos por dentro. El sanluqueño fue la única novedad del reconocible once de gala de Montella, con la salvedad del lesionado Jesús Navas, al que sigue supliendo un Layún al alza. En el 20´, el ex del City soltó una volea que atrapó Neto y, poco después, Gayá salvó sobre la línea un tiro en semifallo de Muriel tras una preciosista conexión entre le colombiano y el ´Mudo´.

Paradójicamente, este arreón sevillista que parecía encerrar más al cuadro che, iba a ser el preludio del gol visitante. Ahí se conjugaron a la perfección la gran pegada valencianista y el enésimo regalo de la zaga blanquirroja en las últimas semanas. Alzó la frente una apisonadora con adornos de seda apellidada Kondogbia y cambió la orientación para el desmarque de Rodrigo a la espalda de Escudero. El lateral se durmió bajando el balón y el internacional español, en estado de gracia, no perdonó y anotó el 0-1, poniendo fin a la racha de Sergio Rico, que se quedó en 214 minutos imbatido.

Tras el tanto, regreso al guion inicial: con el rival pertrechado en la trinchera con cuchillos entre los dientes y presto para correr con el liderazgo de Guedes, todo un malabarista, y con el Sevilla tirando del corazón de Nolito y Layún y de la habilidad del ´Mudo´, el mejor del partido con permiso del portero che.

Sin apabullar, el Sevilla lo hacía todo bien. Abrió campo y protagonizó varias escaramuzas antes del paso por vestuarios, con un fallido cabezazo de Muriel y con dos ocasiones clarísimas que entre el palo y un paradón de Neto dejaron al Sánchez-Pizjuán con la miel en los labios.

En el 32´, el lateral mexicano, muy activo, puso un centro-chut que se encontró con la puntera de Sarabia, a bocajarro, en el área pequeña, abajo y pegado al palo. La estirada del meta brasileño, espectacular, evitó lo que era un gol cantado. Si clara fue esa, más aún fue la siguiente, al filo del intermedio, con una gran acción de Muriel en la zona en la que más luce. Arrancó pegado a la izquierda, exhibió potencia de zancada en una diagonal hacia el área y soltó un derechazo que se estrelló con violencia en el travesaño. El ´Mudo´ cabeceó mal el rechace y Neto la embolsó abortando el peligro.

En la reanudación, declaración de intenciones del Sevilla, con tres llegadas casi seguidas con tiros de Banega, del ´Mudo´ a la media vuelta y de Lenglet, en una falta colgada por Sarabia que se topó con la reacción de Neto, salvador durante toda la tarde. El destino era muy ingrato con un Sevilla que jugó muy bien todo el partido, pero que volvió a sufrir la falta de pegada que viene admitiendo Montella, a pesar de que acabó con Correa, Franco Vázquez, Muriel y Ben Yedder en liza.

El Valencia, con una solvencia insultante, sabía a lo que había llegado: impasible, redobló los niveles de intensidad, reforzó sin complejos la medular con la entrada de Soler por Zaza y siguió generando problemas en los últimos metros con Guedes y Rodrigo, que obligó a Sergio Rico a lucirse por dos veces antes de que el ´19´ sentenciase, el partido y la cuarta plaza liguera, definiendo a la perfección en el uno contra uno tras otra acción de Kondogbia para enmarcar, dejando solo a su compañero tras un exquisito pase filtrado tras bailar entre tres camisetas blanquirrojas.

El 0-2 fue la puntilla definitiva y al partido le sobraron los últimos 15 minutos. Arropado por el abrigo de su fiel afición -que cantó al final eso de 'Échale huevos'-, el Sevilla pide que no le despierten. Porque espera el 'Teatro de los Sueños'. Y qué es la vida, si no una ilusión. Y que todo en la vida es sueño y los sueños... pasan por eliminar al United el martes.
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