Boceto de un futuro incierto en el Sevilla

Boceto de un futuro incierto en el Sevilla
Los rumores sobre la posible venta del Sevilla FC han aumentado en los últimos días. - Alejandro Sáez
Alejandro SáezAlejandro Sáez 8 min lectura
Hace tiempo que dieron comienzo 'Los Juegos del Hambre' en Nervión, donde los grandes accionistas del Sevilla Fútbol Club llevan meses moviéndose en bien de su supervivencia, mirando por su beneficio propio y primando lo económico por encima de todas las cosas. Nada extraño en el seno de una SAD, donde no sólo se gestionan sentimientos y amor por unos colores, sino que también existe mucho capital en juego (millones de euros, al fin y al cabo). Una base que todo sevillista tiene que tener en mente y sobre la que ahora, que el capital extranjero amenaza al Sánchez-Pizjuán, intentar construir el actual panorama accionarial de la entidad sevillista, cuyo futuro, por cierto, es bastante incierto.

El capital social del Sevilla es hoy por hoy un lienzo difícil de dibujar y ello se debe, principalmente, a dos cuestiones. Primero, a la campaña voraz de adquisición de acciones que se está viviendo en los últimos meses, habiendo crecido el valor nominal de las mismas de manera desmedida hasta haber superado los 3.000 euros para una valoración del paquete mayoritario del club (se compraron en su día a 60 euros). Las grandes familias de accionistas lo saben y se está llegando a pagar hasta 1.500 euros por acción. "Siéntate una hora enfrente de la puerta de cristales del Sánchez-Pizjuán y mira la gente que entra. Todos para vender acciones", asegura a ED una de las figuras consultadas, que prefiere guardar el anonimato.

En segundo lugar está la opacidad que envuelve al Libro de accionistas de la entidad, tal y como viene denunciando Accionistas Unidos, que lleva bastante tiempo solicitando (sin suerte) el tener acceso al mismo. Por ello, sólo puede hablarse de un boceto, de algo aproximado en base a las múltiples informaciones que este medio ha venido recabando en el barro de una lucha sin héroes ni villanos en la que, dentro del bien común, priman los intereses propios de cada uno. Y en el seno de esa guerra, dos grandes facciones: la encabezada por José Castro, actual presidente, y la liderada por José María del Nido, que junto a sus apoyos, contarían con un 35% del capital social cada uno de ellos. El tercer protagonista en juego es el capital extranjero, cuyo deseo es adquirir un 40% que le aseguraría el control de la sociedad, al haber sido hasta la fecha la máxima representación social en una junta del 71,82%. ¡Bienvenidos a Los Juegos del Hambre!

Castro y el Grupo de Utrera
El presidente José Castro es la cabeza visible del conocido como Grupo de Utrera, el que, junto a él, configuran su cuñado Francisco Guijarro y el expresidente Roberto Alés. Una alianza prácticamente indestructible en la que Castro, según diversas fuentes, sería el principal interesado en vender (el negocio le reportaría más de 20 millones de euros, apuntan), algo que desde el entorno del empresario utrerano niegan rotundamente a ESTADIO Deportivo. Pese a ello, otros protagonistas de la actualidad sevillista indican a este periódico que el pasado viernes se produjo una reunión con un grupo inversor interesado en la compra del club y que el interés americano no es más que un bulo filtrado intencionadamente desde las entrañas del Ramón Sánchez-Pizjuán como medida de presión ante los inversores realmente interesados, que han valorado el paquete mayoritario de la entidad entre 120 y 140 millones de euros y que querrían desembarcar con su propio equipo al frente de la gestión deportiva, algo que desde el Grupo de Utrera le habrían pedido 'en préstamo' durante tres años.

Roberto Alés
A la hora de hablar de Alés, todas las fuentes consultadas por este periódico distinguen entre Roberto Alés y su familia, representada en el consejo por su hija Carolina. Mientras que el expresidente, ya de una avanzada edad, muestra su total apoyo a José Castro, entre sus descendientes habría una mayor disparidad de opiniones, por lo que todo podría cambiar, insisten, con el tiempo, pues ya se están produciendo, incluso, conversaciones de un carácter informal en relación a ello.

Carrión
Rafael Carrión era, hasta hace no mucho, el máximo accionista del Sevilla a título personal, una distinción que le ha acabado arrebatando Del Nido. Con más de un 15 por ciento del capital social (es complicado determinar cuánto ha adquirido en los últimos meses), es el principal valedor de José Castro para alcanzar el 35% con el que hacer frente a la familia Del Nido. Sin ambiciones de poder tras su experiencia al frente de la entidad, apuntan que sería uno de los grandes interesados en acometer una venta del club, habiendo sido tentado en innumerables ocasiones por José María del Nido.

Del Nido
Aseguran las fuentes que es el gran accionista menos interesado en vender, pues sus ansias por comprar acciones vienen movidas por su deseo de ser presidente del club nuevamente, postura que confirma a ED su círculo más íntimo. De hecho, recientemente ha recuperado el 10% que ´vendió´ a Jesús León, quien se ha desligado definitivamente del Sevilla FC, como ha podido confirmar este diario.
La estrategia de Del Nido, aseguran, es esperar a que el resto de accionistas se muevan en torno a una venta y, en ese momento, aparecer como el salvador y conseguir la alianza de los pequeños accionistas que hoy le faltaría para tener el poder.

Obligados a ir todos de la mano
En la compra voraz de acciones que está viviéndose en torno al Sevilla FC, el objetivo de todos los protagonistas es alcanzar el 40% que asegura el poder de la entidad y por el que apuesta el capital extranjero. De ahí la obligación de todos los grandes accionistas de ir de la mano en una hipotética venta, pues, de no ser así, el que se quedara fuera de la misma acabaría en una delicada situación, habiendo hecho un fuerte desembolso económico que, finalmente, le serviría de muy poco y que perdería todo su valor. De ahí que Accionistas Unidos lleve meses abogando porque todos firmen el Pacto por el Sevilla FC, el cual describen como un acuerdo "por la lealtad al club". La idea es que nadie, tanto a título personal como a favor de terceros, pueda poseer más del 30% del accionariado del club; una medida que, visto lo visto, no cuadra con los movimientos de las grandes familias sevillistas. Del Nido, sin ir más lejos, alcanza por sí mismo el 35% junto a Gómez Miñán y algún accionista más.
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