A Nolito se le ha podido recriminar la ausencia de acierto, nunca su compromiso ni su intención de exhibir la versión que se esperaba cuando Óscar Arias le reclutó. El sanluqueño se desesperaba al comprobar que sus piernas no respondían ante su empeño pero nunca se ha rendido y Machín, tampoco, fiel a una gestión del vestuario que ayer recibió un nuevo premio. Porque el técnico le brindó una nueva oportunidad y Nolito le respondió con la actuación que tanto había buscado desde que aterrizó en el Sánchez-Pizjuán. Sencillamente dejó prácticamente resuelta la eliminatoria con tres apariciones estelares, reflejo del talento que atesora y de las ganas con la que saltó al campo. No en vano, avisó muy pronto con una ocasión en el aérea y poco después se desmarcó para recibir un pase del ‘Mudo’ y adelantar al Sevilla. Ya en la segunda parte, cuando peor lo pasaba el Sevilla, se inventó una asistencia para que André Silva hiciera el 1-2 y después filtró un balón para Ben Yedder en el 1-3. Un recital.
Álvaro Palomo1 min lectura