La maldición de los banquillos en el Gran Derbi

La maldición de los banquillos en el Gran Derbi
Desde hace diez años no repiten los técnicos en los dos derbis de una temporada - Aitor Torvisco
Aitor TorviscoAitor Torvisco 6 min lectura
El derbi de mañana en el Ramón Sánchez-Pizjuán dejará una nueva fotografía en los instantes previos al pitido inicial. Será la instantánea que capte el protocolario saludo entre los técnicos, una tradición con mucha miga, pues hace 10 años que no se toman dos fotos seguidas con idénticos protagonistas.

Concretamente, Sevilla y Betis no juegan los dos pulsos ligueros de una Liga con los mismos entrenadores desde la 2008/2009, con Manolo Jiménez y Paco Chaparro en cada banco. El trianero, sin embargo, cesó antes del final de un curso que acabó con descenso verdiblanco, ya con José María Nogués al frente. Esto dio paso a dos ejercicios de peregrinaje por Segunda, tiempo en el que la silla también estuvo caliente. Antonio Tapia, Víctor Fernández y Pepe Mel entrenaron al Betis; mientras que, en el otro club de la ciudad, el propio Jiménez cedió el testigo a Antonio Álvarez y éste (hoy, segundo de Caparrós) lo hizo a su vez con Gregorio Manzano.

De vuelta a Primera, Mel cambió dos veces de contrincante a mitad de temporada. En la 11/12, coincidió con Marcelino García Toral y, luego, con Míchel, con el que rivalizó de nuevo en el primer envite de la 12/13.

Para el segundo, ya llevaba Unai Emery las riendas blanquirrojas. El vasco y el madrileño aún se saludaron una vez más, en el primero de la 13/14, antes de que, esta vez, fuese el bético el cesante. Su sustituto fue Juan Carlos Garrido, que ni siquiera llegó a la cita ante el Sevilla. Esa suerte la corrió Gabriel Humberto Calderón, que también dirigió el doble duelo del conocido como 'EuroDerbi' en los octavos de final de la UEL.

Esa campaña, encima, acabó con un nuevo descenso de los verdiblancos a Segunda división, por lo que, en la 14/15, no hubo enfrentamientos con el eterno rival. Ese curso, el Betis lo comenzó con Julio Velázquez, y Juan Merino (entonces técnico del filial) ejerció de interino antes del regreso de Pepe Mel, que volvió al club para dirigir al equipo y conseguir el ascenso a Primera en junio. Este hecho hizo posible el reencuentro con Emery en el primer derbi de la 2015/2016. Pero sólo se vería las caras con el de Hondarribia en la primera vuelta liguera, pues, a mitad de temporada, fue sustituido por la persona a la que él mismo había suplido, Juan Merino, que estuvo al frente del equipo de las trece barras en el segundo derbi liguero y en el de la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey.

La 16/17 deparó un duelo cainita muy tempranero. En la jornada 5 medían sus fuerzas los dos principales equipos hispalenses, que estrenaban jefes de mando: Jorge Sampaoli, en el bando sevillista, y, en el bético, un Gustavo Poyet que apenas duró unas pocas jornadas más, dejando su sitio a Víctor Sánchez del Amo, quien tampoco acabó la temporada, pues fue relevado por Alexis Trujillo a tres jornadas del final.

Desde la 17/18 hasta hoy, Quique Setién permanece fijo en el banquillo del Benito Villamarín, pero ahora es su eterno rival el que anda inmerso en una etapa de inestabilidad técnica. El cántabro coincidió con Eduardo Berizzo en un acto en la Universidad Pablo de Olavide a escasas semanas del derbi, pero el 'Toto' fue despedido justo antes del 3-5 en Nervión de la temporada pasada, resultado que el Sevilla encajó con Vincenzo Montella ya a los mandos. Para el choque de la segunda vuelta no estaba el italiano, siendo Joaquín Caparrós el que dirigió al equipo en la Avenida de La Palmera (2-2). Este sábado, el utrerano repite ante el santanderino, que sumará su cuarto derbi y que, por medio, estrechó la mano de Machín en septiembre (1-0).

Recapitulando: Jiménez, Chaparro, Nogués, Tapia, Víctor Fernández, Mel, Álvarez, Manzano, Marcelino, Míchel, Emery, Garrido, Calderón, Velázquez, Merino, Poyet, Sampaoli, Víctor Sánchez del Amo, Alexis, Setién, Berizzo, Montella, Caparrós y Machín. Un total de 24 entrenadores distintos entre Sevilla y Betis en diez años, algunos de ellos en varias etapas. Una maldición en los banquillos hispalenses que no tiene pinta de parar precisamente aquí, pues el futuro de Setién está muy en el aire de cara a la próxima campaña (que tiene firmada, eso sí) y el de Caparrós, que llegó como mera solución temporal, lo está más todavía. Por un lado, por el otro o puede que por los dos, el año que viene, otra foto distinta.
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