Dijo en una ocasión José Antonio Camacho, mucho antes de gritar los goles de España en televisión, que
los canteranos "tienen que tirar la puerta del vestuario abajo; no basta con tocar". Y es, exactamente, lo que ha hecho esta temporada en el Sevilla FC un
Bryan Gil que se preparaba en un segundo plano mientras todos los focos apuntaban a Pejiño. Ambos son de Barbate y los dos tienen descaro, pero sólo uno de ellos se mantuvo firme en su idea de intentar tirar la puerta del primer equipo cada día.
Hoy, Bryan Gil es
uno de los pocos que tiene asegurado un puesto en el Sevilla 19/20, aunque le lloverán las ofertas para acogerle cedido. Le dio minutos
Pablo Machín, le metió en el campo cada vez
Joaquín Caparrós y cuenta para un
Julen Lopetegui habituado a sacar brillo a los más jóvenes. Saliendo desde el banco, el extremo
llegó a cambiarle por completo la cara a un equipo triste, alcanzando algún récord.
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Curiosamente, sólo estrenó su cuenta anotadora
unos pocos días después que el malogrado José Antonio Reyes.
Y, claro, se coló
en el Once de Oro del Fútbol Draft, junto a jugadores del talento de
Pedro Porro, Marc Cucurella, Carles Aleñá, Óscar Rodríguez o Ferrán Torres. El sevillista es
el más joven de todos. Y todo ello le ha servido para dar un subidón espectacular en cuanto a valor estimado de mercado, pues, según
Transfermartk,
Bryan Gil ya vale 10 millones de euros. Y cantidad nada desdeñable, desde luego.
El barbateño se ha colado, no en vano,
en el 'Top 10' de futbolistas más caros nacidos en 2001, siendo su valor inferior únicamente a los del ya madridista
Rodrygo (40),
Joao Pedro (20, Fluminense),
Yari Verschaeren (15, Anderlecht) y
William Saliba (12, Saint-Étienne).
Con
contrato hasta 2023, seguramente a Bryan Gil le tocará mejorar su contrato -con su consiguiente aumento de cláusula- cuando Monchi termine con una planificación de órdago.