El Sevilla no hizo un partido brillante en Granada pero le valió para ganar. Es la mejor noticia, sin duda, de la visita a Los Cármenes, donde Lucas Ocampos demostró que será un jugador importante en este nuevo Sevilla.
El argentino, que llegaba algo tocado, fue de lo mejor de su equipo en el primer periodo, mostrándose incisivo y ofensivo por su banda derecha.
Se entendió muy bien con Jesús Navas, que siempre le buscó con internadas o jugadas combinadas, haciendo sudar a Quini de lo lindo hasta el punto de obligar a Vadillo a trabajar en tareas de retaguardia para ayudar a su lateral.
El ex del Olympique de Marsella tampoco tuvo reparos para defender, y, al igual que el resto del equipo, fue apagándose con el paso de los minutos.
En el segundo periodo Ocampos no apareció tanto, demostrando que todavía le queda margen de mejora. Aun así, en el 57' protagonizó una jugada en la que reclamó penalti de Germán por empujón. Derrochó poderío físico e, incluso, pudo sentenciar.
Antonio Federero1 min lectura