El Gran Hermano aterriza en el mundo del fútbol

El Gran Hermano aterriza en el mundo del fútbol
- Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 7 min lectura
No todos los sectores económicos están registrando pérdidas durante esta crisis del coronavirus, que se ha llevado por delante en España a miles de negocios, la mayoría relacionados con el sector servicios (hostelería, sobre todo) y gestionados por autonónomos, y ha abocado a otros muchos al ERTE. Con más de medio mundo confinado para frenar la propagación de la pandemia, la mayoría se les ingenia para trabajar, utilizando las decenas de herramientas que ofrece el mercado, especialmente en materia de aplicaciones móviles y redes sociales. El negocio, ahí, fluye a espuertas. Y el fútbol no iba a ser una excepción a la regla.

Las apps de videoconferencias o telechat multiplican estos días sus descargas, potenciando servidores y actualizaciones para satisfacer a una demanda millonaria. También en el deporte rey, que se habitúa a una tesitura extraña pero que se prolonga en el tiempo. Son ya tres semanas de encierro obligado en nuestro país, segundo del orbe con más infectados por el terrible Covid-19, y aún habrá otras tres lejos de familiares, amigos y compañeros de trabajo. Demasiado para los clubes profesionales, que no pueden permitirse un parón real y total de su actividad. Con once jornadas de LaLiga por disputarse, más la final de la Copa del Rey y un puñado de eliminatorias europeas, los equipos se afanan para desarrollar de la mejor manera posible esta atípica e inesperada pretemporada (con maquinaria que les han hecho llegarsus preparadores físicos), a la que seguirá una más tradicional de quince días, nunca antes de junio, previa al regreso a la competición, que, para los hispalenses, será nada más y nada menos que con un derbi.

Igualmente, entrenadores, directivos y altos ejecutivos celebran reuniones virtuales, sin moverse de sus domicilios por prescripción sanitaria y gubernamental, porque, a estas alturas de temporada, hay mucha tela que cortar en materia societaria, económica y de planificación deportiva. Todo para que, cuando retorne la normalidad competitiva, poco o nada haya quedado a expensas de la improvisación o en el olvido.

En este contexto, tres apps dominan el mercado y adelantan a una competencia, en muchos casos, bastante clásica, pero que no ofrece el carácter masivo que precisan los conjuntos de elite. Entre estas últimas, están Skype, limitada a diez interlocutores a la vez en su versión gratuita (y 25 si son conversacione sólo de audio), pero con muchos años de experiencia, ofreciendo alto estándares de calidad en la llamada y el sonido, así como opciones tan valoradas como la difuminación del fondo (modo retrato) o la traducción simultánea y en tiempo real de varios idiomas. Este software de origen estonio fue adquirido (a cambio de 8.500 millones de dólares) en 2011 por Microsoft, que lo consideró un heredero estupendo para su famoso y extinto Live Messenger. Sin embargo, la compañía de Bill Gates ofrece otras soluciones más específicas para usuarios profesionales.

La más importante, Teams, una plataforma de trabajo que incorpora salas de chat para que las empresas puedan seguir desarrollando sus funciones a distancia. Según confesó el presidente del Betis, Ángel Haro, durante una reciente intervención en los medios oficiales, el club heliopolitano dispone de muchas cuentas en este concentrador de trabajo en equipo, que permite también la privacidad en las conversaciones, con lo que se convierte en una solución idónea a una escala básica, pero también para las reuniones de la comisión deportiva, por ejemplo. El software establece un espacio común en torno a Office 365 en el que intercambiar no sólo diálogos, sino también entregar proyectos, imágenes o archivos de audio con calidad HD. Su 'inconveniente' para el usuario modesto es que es que exige comprar licencias para exprimir todas sus funcionalidades. Por su parte, en el 'universo Facebook', Mark Zuckerberg ofrece para estas lides WhatsApp e Instagram (videollamadas de sólo cuatro personas como máximo y no vía web, sino smartphone), además del Messenger (con 50 intervinientes al unísono, sólo seis con la cámara activada). De otro lado, Apple pierde clientes al no ser multiplataforma (y limitarse sólo a iPhone, iPad, Mac y iPod Touch) su depurado Facetime, con hasta 32 interlocutores.

Otro de los grandes, Google, dispone de herramientas muy utilizadas también en estas fechas, como Hangouts, que ha implementado su versión Meet para competir con Microsoft Teams. De esta forma, si el que originariamente se ideó para competir con WhatsApp permitía videollamadas entre 10 personas, 25 en su versión de pago, la alternativa empresarial multiplica por diez ese listón e incorpora traducción en tiempo real y una tremenda accesibilidad. Más humilde pero igualmente efectiva es Google Duo, con ocho líneas abiertas a la vez, pero más flexible que Facetime.
Pero esta crisis está siendo la gran oportunidad de los desarrolladores independientes, desde el multimillonario Snapchat (15 personas a la vez y filtros durante el chat) a los más desconocidos pero solventes Discord (versátil, rotunda y con hasta 50 participantes), Gruveo (12, pero sin necesidad de registros) y, sobre todo, Zoom, que ha dinamitado el mercado y es, hoy día, la preferida por entrenadores y preparadores físicos.

Esta plataforma fue creada en 2011 por Eric Yuan, un multimillonario estadounidense de origen chino. Basada en la nube e inicialmente destinada al mundo bursátil, se ha convertido en idónea para seguir los entrenamientos a distancia, pues permite videollamadas (o cámaras y micrófonos encendidos) de hasta 100 personas a la vez (limitado en su versión gratuita a 40 minutos), grabación de conversaciones, compartir elementos... Un Gran Hermano que hace furor en España y Suramérica.
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