El derbi sevillano no fue el mejor partido del Sevilla FC en los últimos meses. Ha habido otros encuentros en los que ha ganado por inercia y no ha jugado bien, pero en casi todos ellos pudo practicar, al menos durante gran parte de los mismos, el juego de posesión y control al que nos tiene acostumbrados. Ante el Betis no lo hizo, ya fuera por deméritos propios o por méritos del rival.
Pocos se salvaron en el partido, aunque los más señalados fueron los hombres del centro del campo, que fueron claramente inferiores a sus oponentes y bastante hicieron con no perder la posición y, al menos, impedir que el rival les pasase por encima.
Bono no sólo se salvó sino que ejerció una vez mas de héroe. Sus dos errores puntuales en dos centros -que luego solventó- no empañan su papel clave en la segunda parte, con varias paradas de mérito, entre ellas la del penalti de Fekir.
La seguridad de Koundé y Diego Carlos no quedó en entredicho, ni siquiera con el polémico penalti del brasileño. Pero si hay alguien que destaca ése es Ocampos. Cuando está mal aporta lucha y sacrificio, y cuando está bien desequilibra. Ayer, casi todo lo que hizo el plantel nervionense en ataque pasó por él. Por eso, como en la mayoría de los partidos, acabó fundido. Él es el líder de este Sevilla y también de la clasificación Helvetia El Valor Más Seguro. El argentino, sin tener aún la presencia goleadora de la pasada campaña, siempre está ahí.