El gol de Bono en el último suspiro lo mandó todo al olvido por su carácter excepcional y porque
el Sevilla rescató un punto con el que ya no se contaba pese a haberlo merecido por su insistencia. La alegría nervionense por el acierto del meta
dejó en un segundo plano otros debates, como el cansancio del equipo, fases en la que apenas pudo generar...y también
una acción polémica que sucedió poco antes en el área del Valladolid.
Ya con el Sevilla a la desesperada, se produjo
un derribo que Estrada Fernández pasó por alto y que
ni siquiera quiso ver en el monitor como
sí hizo con la jugada en la primera parte que acabó con
penalti favorable al Pucela en la acción entre Diego Carlos, Rekik y Weissman.
Así, en el 92', en un balón largo,
Diego Carlos pisó área entre medias de dos jugadores albivioletas, más concretamente
El Yamiq y Janko, y el central terminó en el suelo y reclamando penalti. Las imágenes muestran que
el zaguero marroquí traba al sevillista y que provoca su caída, razón por la que pidió rapidamente que se señalara la pena máxima.
El árbitro, que estaba cerca de la jugada,
no apreció nada punible, el VAR, esta vez, no entró en juego, y no lo consultó en la pantalla. Después llegó el gol de Bono que monopolizó los análisis y esta acción casi quedó en el olvido a pesar de que pudo suponer el empate un poco antes.