Los más de 1.000 sevillistas que se reunieron en el Sevilla-Villarreal se dejaron notar en la previa y posteriormente en muchos momentos del partido. Y sus gritos acabaron siendo los únicos protagonistas tras el gol de Koundé.
No obstante, en el partido sufrieron. Un gol de Lo Celso parecía decantar un partido jugado a un ritmo infernal, en el que el Villarreal no notó su esfuerzo del martes y sometió al Sevilla, al que sólo mantuvo en el choque las paradas de Bono. Por fortuna, el Sevilla echó el resto en el tramo final y obtuvo su premio.
La primera mitad fue dominada con autoridad por el equipo castellonense que disfrutó de varias ocasiones claras de gol, pero entre el travesaño y un colosal Yassine lo evitaron.
La segunda comenzó con el gol de Koundé en propia puerta, que fue anulado por la posición antirreglamentaria de Dia, que le obstaculizó en el despeje. El Sevilla resistió ante un rival que hoy fue superior, pero acabó encajando en el tramo final gracias al oportunismo de Lo Celso. Koundé llegó al rescate para aguar la fiesta amarilla.
Simplemente, un partidazo, que al final del mismo.