El análisis del Betis-Getafe

Una soltura desconocida

Aitor TorviscoAitor Torvisco
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Una soltura desconocida
Joaquín intenta driblar a un jugador del Getafe. - Aitor Torvisco
Merino anunció que jugarían "Molina y 10 más" en el que fue la versión más vistosa de 'su' Betis. La presencia del alcoyano, junto a la innegociable titularidad de Rubén, provocó un cambio de dibujo. Salió con un 1-4-4-2, con Joaquín y Ceballos de interiores, dejando las bandas libres para Montoya -por fin en su sitio natural- y Vargas, que volvió tras perderse las últimas siete jornadas por lesión. El regreso del peruano fue la principal novedad al margen de la de Dani Giménez, titular por la sanción de Adán.

Los verdiblancos salieron con un ritmo algo bajo y sin demasiada profundidad, pero con cierto brío en el toque. Se adueñaron de la posesión, movían el balón de un lado al otro con soltura, un buen índice de acierto y gran comodidad -ante la nula presión del 'Geta'- y esperaban a encontrar espacios para romper. No hallaron muchos, por lo que Guaita fue en el primer acto un mero espectador con 'asiento de sol'. Sólo Molina (le faltó el gol) le probó; pero al descanso llegó el Betis sin sustos y con gran solvencia defensiva.

La segunda parte comenzó con cambio, Musonda por Vargas, y una decisión sorprendente: N'Diaye de lateral zurdo. Así, Ceballos se colocó de mediocentro para dar una salida desde atrás menos horizontal y el belga abrió mucho campo. Al 'Geta' se le iban los minutos y se vio obligado a estirar sus líneas, una decisión que dio origen a las mejores ocasiones locales. Éstas, no obstante, llegaron a balón parado, siempre con Joaquín como asistente y Pezzella de certero rematador y de goleador. Una lástima su lesión, que provocó la enésima reubicación de N'Diaye, que acabó de central.

Tras los goles, y con un 1-4-2-3-1 tras entrar Fabián por Molina, el Betis tocó con calma y jugó para que Rubén buscase el Zarra.
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