Que alguien le diga a esos bandidos que LaLiga es imposible. Que es cosa de tres; de los grandes. Del centralismo. Que el Sevilla FC no puede ganarla. Ni siquiera lucharla.
¡Menuda osadía!¡Vaya bravuconada de Monchi y los suyos! Cinco jornadas por disputarse y la Champions en el bolsillo. Les parecerá bonito. ¿Y ahora qué? Incluso querrán tener algo que decir en la lucha por el campeonato doméstico...
Un anhelo, una ilusión... Un sueño del que ahora toca despertar. Pues, como Lopetegui acostumbra a decir, el despertador ha sonado. Por sorpresa para muchos –cada vez menos-, pero ha sonado. Con el objetivo en la mano, nadie puede eludir ahora el reto de ir a por más. Con todo por ganar; con nada que perder...
Y todo ello,
en LaLiga del coronavirus; la temporada de la pandemia. Sin público, como la segunda mitad del curso pasado, cuando ya levantó la sexta Europa League de la entidad. Empalmando, prácticamente, un curso con otro. Sin vacaciones, jugando cada tres días, y habiendo dado la cara en las tres competiciones hasta bien avanzada la temporada.
¿Y ahora qué? Divina pregunta. ¿Alguien lo duda? El Sevilla FC va a por todo; ya ni el comedido Lopetegui puede esconderlo. Monchi cree, el míster cree, la entidad cree... y el vestuario está seguro de poder lucharlo. Ya saben: nada que perder. Y sin presión se juega mejor. Se disfruta a la vez que se compite, y
el Sevilla FC ya ha puesto la velocidad de crucero. ¡Peligro!Este grupo no tiene límites, y hace días que está muy seguro de su gesta. El ambiente en el vestuario invita a ello.
Esas cumbias tras el triunfo ante el Levante, esa fiesta en el vestuario partido tras partido... El primer paso ya se ha dado, ahora que hable el fútbol. Y de eso el Sevilla Fútbol Club sabe mucho.
Alejandro Sáez
