Otro 'loco' de la portería

Estadio Deportivo
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Otro 'loco' de la portería
- 08/09/14
En el área chica se experimenta una vida paralela. El tiempo se acelera. La dimensión de los acontecimientos se exagera. Y los matices desaparecen. En su reducido universo independiente la catarsis se entiende como una filosofía y cada decisión adquiere un cariz determinante. El margen se estrecha. La tensión se acumula al ritmo de un pulso frenético. El pensamiento funciona por impulsos, por un reflejo innato, por reacciones instintivas derivadas de la singular idiosincrasia de unos tipos especiales.


Porque hay que serlo para sobrevivir en la portería. Una posición canalla. Pero adictiva. El portero lo es por convencimiento. Por pasión. Porque una vez que se muerde la manzana ya no hay retorno. No se puede comprender si no se siente. Y no se siente si se trata de comprender. Ni un arquero acierta a explicar por qué tanto sacrificio por una posición con una memoria incorruptible para los errores pero con una jodida amnesia con los aciertos.


Siempre parte con ventaja para ostentar el rol de cabeza de turco y la distancia entre héroe y villano nunca resultó tan corta como a la sombra de un travesaño. Ni superdotado como Casillas está exento. Ninguno. Un error vale por mil paradas y la confianza se agota incluso antes de depositarla, como ha sucedido con Barbosa en Nervión. Pero ninguna de estas realidades achanta a los porteros. Más se crecen. Pues todo vuelve a empezar cada vez que se enfundan los guantes. Y más para Sergio Rico.


Otro 'loco' de la portería con un sueño. Que se levantará pleno de adrenalina cuando defienda con una parada los colores de su vida. Que vivirá cada segundo con una intensidad superlativa. Que ya sabe lo que es sufrir en el área chica y que se merece en su debut un apoyo libre de prejuicios y pleno de fe en él.