El
Betis ha cerrado ya las salidas de
Riza Durmisi a la Lazio, de Fabián Ruiz al Nápoles, de César de la Hoz al Almería, de Rafa Navarro al Alavés con escala en el Sochaux galo, y, a falta aún de oficialidad, de
Antonio Adán al Atlético; al margen de los que acababan contrato, como
Dani Giménez (Depor), Pedro López o los cedidos Joel Campbell y Jordi Amat. El próximo debe ser
Rubén Castro, a quien el club espera entre hoy y mañana en las oficinas del
Estadio Benito Villamarín para sentarse con el presidente, Ángel Haro, y firmar la rescisión del año que aún le queda de contrato como bético.
Falta limar algunos detalles, pero hace días que entre las partes existe un principio de acuerdo para que el máximo goleador de la historia del
Betis salga con la carta de libertad bajo el brazo, una decisión con la que el club heliopolitano quiere reconocer su agradecimiento por lo mucho que le dado el grancanario en sus ocho años en el club. El Betis ya trabaja en el vídeo de despedida del canario para emitirlo en sus redes sociales.
Una vez libre, y aunque tiene ofertas entre las que elegir,
Rubén volverá a la U.D. Las Palmas, el equipo de su tierra, el que le vio crecer deportivamente y un club que ya le tiene reservada una habituación en el hotel de concentración para que cuando se cierren estos trámites burocráticos se pueda incorporar de inmediato al 'stage' de pretemporada con los amarillos.
Tan avanzada está su salida que
el mítico dorsal '24' ni siquiera se ha presentado en Sevilla para someterse a las clásicas pruebas médicas y para participar en los dos primeros días de trabajo del Betis. Así, este fin de semana se ha aislado al abrigo de su pareja y sus hijos y se ha dejado ver en redes sociales relajándose en la playa, mientras
espera noticias de sus representantes para ir a Sevilla, poner fin a la etapa más exitosa de toda su carrera deportiva y centrar ya todos sus esfuerzos en su nuevo, y probablemente último, reto de su carrera, a las órdenes de
Manolo Jiménez.
Aitor Torvisco3 min lectura