Álex Moreno antes que Borja Iglesias

El Betis concretó este miércoles la cesión con opción de compra de Giovani Lo Celso al Tottenham, una fórmula ya utilizada en la víspera con Camarasa y el Crystal Palace, ambas operaciones con cláusulas que convierten la posibilidad en obligación dependiendo del rendimiento individual y colectivo de los mencionados.
El domingo pasado, Junior se convertía en futbolista del Barcelona, dentro de una operación igualmente ingeniosa en lo financiero que coincide con las de los dos centrocampistas en la aportación de liquidez inmediata, un dato crucial para explicar la celeridad con la que se han cerrado las negociaciones. Así, en apenas cuatro días, tres de las principales fuentes de ingreso en verdiblanco han abandonado la nave para dejar sitio, margen salarial y excedente en caja para acometer las contrataciones finales del mercado estival.
José Miguel López Catalán, consejero delegado y vicepresidente del Betis, aprovechaba ayer la presentación del guardameta Dani Martín, unos minutos después de consumarse el adiós de Gio, para lanzar un mensaje esperanzador a su afición: "A los béticos les decimos que trabajamos día y noche sin descanso para tener el mejor equipo posible de cara a la nueva temporada. Nuestros valores son la humildad y el trabajo".
Por otro lado, el empresario sevillano quiso despedirse de Camarasa y Lo Celso, que emprenden nuevas aventuras en tierras londinenses: "Deseamos suerte a dos jugadores que se marchan cedidos a dos clubes importantes de la Premier y que nos permitirán seguir creciendo económicamente como club".
Y es que, a vuelapluma, son casi 35 millones de euros limpios los que consigue recaudar el cuadro heliopolitano con este triple movimiento, suficientes a priori para concretar los fichajes del delantero deseado (Borja Iglesias, con una cláusula de 28) y el lateral izquierdo que encabezaba la lista de favoritos desde el principio del verano (Álex Moreno, tasado en 10, pero que podría costar algo menos).
Otra cosa es el orgullo de los dirigentes verdiblancos, blanquiazules y franjirrojos a la hora de ceder en sus pretensiones. Porque no es ningún secreto que en la planta noble del Benito Villamarín se niegan a abonar íntegra y de golpe la libertad unilateral del 'Panda', ni siquiera mediante un primer pago de 20 kilos y un segundo de ocho en un año. Por su parte, los 'pericos', molestos con sus homólogos por la 'fuga' de Rubi, se niegan a negociar unas condiciones más flexibles y ventajosas para le venta.
Quizás por esta lucha de egos, se antoja más cercano el aterrizaje del carrilero catalán. El Rayo Vallecano, al fin, accede a hablar a partir de la cantidad que ha puesto sobre la mesa el Betis (6-7 millones fijos y una cantidad menor en variables), si bien ahora el problema es la irrupción en la sala de negociaciones de un Valencia en busca de competencia para Gayà en sustitución de Lato.
El compromiso económico existente por cinco temporadas se ha mantenido entre Álex y los hispalenses, renovado incluso recientemente pese a los 'cantos de sirena' llegados desde la capital del Turia y la Bundesliga, principalmente, pero la entente no debería dilatarse más allá del fin de semana para no ahogarse en la orilla con el sustituto de Junior y rival de Pedraza por una plaza en el once titular. En su entorno están, según confesaron a este periódico, a la expectativa, conscientes de que se avecina el final de un 'culebrón', con varios frentes abiertos.
Con todo, la consigna es cerrar también a Borja Iglesias antes de que arranque LaLiga dentro de una semana larga, sin tener que esperar al 2 de septiembre, día del cierre de la ventana estival de transferencias. El Espanyol sigue en sus trece y entiende que, ahora que el Betis ha conseguido 'cash', no hay excusas para exigir flexibilidad en los pagos, aunque en Cornellà-El Prat se resignan a que el artillero, que tiene un acuerdo desde hace semanas hasta 2024 con los heliopolitanos, se acabe yendo.
Mientras Haro y Catalán se deciden, los 'pericos' aprovechan para exprimir al 'Panda' en pos de asegurar su presencia en la Fase de Grupos de la Europa League -anoche, fue de nuevo titular en Lucerna en la ida de la segunda ronda previa-. Filtraciones gráficas aparte, su llegada sí se antoja inminente.
El domingo pasado, Junior se convertía en futbolista del Barcelona, dentro de una operación igualmente ingeniosa en lo financiero que coincide con las de los dos centrocampistas en la aportación de liquidez inmediata, un dato crucial para explicar la celeridad con la que se han cerrado las negociaciones. Así, en apenas cuatro días, tres de las principales fuentes de ingreso en verdiblanco han abandonado la nave para dejar sitio, margen salarial y excedente en caja para acometer las contrataciones finales del mercado estival.
José Miguel López Catalán, consejero delegado y vicepresidente del Betis, aprovechaba ayer la presentación del guardameta Dani Martín, unos minutos después de consumarse el adiós de Gio, para lanzar un mensaje esperanzador a su afición: "A los béticos les decimos que trabajamos día y noche sin descanso para tener el mejor equipo posible de cara a la nueva temporada. Nuestros valores son la humildad y el trabajo".
Por otro lado, el empresario sevillano quiso despedirse de Camarasa y Lo Celso, que emprenden nuevas aventuras en tierras londinenses: "Deseamos suerte a dos jugadores que se marchan cedidos a dos clubes importantes de la Premier y que nos permitirán seguir creciendo económicamente como club".
Y es que, a vuelapluma, son casi 35 millones de euros limpios los que consigue recaudar el cuadro heliopolitano con este triple movimiento, suficientes a priori para concretar los fichajes del delantero deseado (Borja Iglesias, con una cláusula de 28) y el lateral izquierdo que encabezaba la lista de favoritos desde el principio del verano (Álex Moreno, tasado en 10, pero que podría costar algo menos).
Otra cosa es el orgullo de los dirigentes verdiblancos, blanquiazules y franjirrojos a la hora de ceder en sus pretensiones. Porque no es ningún secreto que en la planta noble del Benito Villamarín se niegan a abonar íntegra y de golpe la libertad unilateral del 'Panda', ni siquiera mediante un primer pago de 20 kilos y un segundo de ocho en un año. Por su parte, los 'pericos', molestos con sus homólogos por la 'fuga' de Rubi, se niegan a negociar unas condiciones más flexibles y ventajosas para le venta.
Quizás por esta lucha de egos, se antoja más cercano el aterrizaje del carrilero catalán. El Rayo Vallecano, al fin, accede a hablar a partir de la cantidad que ha puesto sobre la mesa el Betis (6-7 millones fijos y una cantidad menor en variables), si bien ahora el problema es la irrupción en la sala de negociaciones de un Valencia en busca de competencia para Gayà en sustitución de Lato.
El compromiso económico existente por cinco temporadas se ha mantenido entre Álex y los hispalenses, renovado incluso recientemente pese a los 'cantos de sirena' llegados desde la capital del Turia y la Bundesliga, principalmente, pero la entente no debería dilatarse más allá del fin de semana para no ahogarse en la orilla con el sustituto de Junior y rival de Pedraza por una plaza en el once titular. En su entorno están, según confesaron a este periódico, a la expectativa, conscientes de que se avecina el final de un 'culebrón', con varios frentes abiertos.
Con todo, la consigna es cerrar también a Borja Iglesias antes de que arranque LaLiga dentro de una semana larga, sin tener que esperar al 2 de septiembre, día del cierre de la ventana estival de transferencias. El Espanyol sigue en sus trece y entiende que, ahora que el Betis ha conseguido 'cash', no hay excusas para exigir flexibilidad en los pagos, aunque en Cornellà-El Prat se resignan a que el artillero, que tiene un acuerdo desde hace semanas hasta 2024 con los heliopolitanos, se acabe yendo.
Mientras Haro y Catalán se deciden, los 'pericos' aprovechan para exprimir al 'Panda' en pos de asegurar su presencia en la Fase de Grupos de la Europa League -anoche, fue de nuevo titular en Lucerna en la ida de la segunda ronda previa-. Filtraciones gráficas aparte, su llegada sí se antoja inminente.