EL ANÁLISIS

Un código casi indescifrable

Un código casi indescifrable
Álex Moreno tuvo una excelente ocasión para marcar. - Álvaro Palomo
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 3 min lectura
Resulta complejo descifrar el código de juego de este Betis. De entender su concepto. Ofrece pistas pero no se define por completo, lo que repercute directamente en la formación de un bloque y en el rendimiento de los futbolistas. Rubi tendrá claras las ideas en su cabeza y ha habido momentos en los que se han percibido aunque nunca con la continuidad suficiente, con la consecuencia de que nunca da la sensación de que controle los designios del partido.

Falta equilibrio, contundencia en la contención para evitar los correcalles y caminar sobre el fino alambre de acertar con tu golpe para no recibirlo enseguida en el intercambio.

Porque a este Betis no le cuesta en demasía crear peligro merced a su talento arriba pero igualmente realiza demasiadas concesiones y si no materializa ocasiones como las que tuvo ayer con 0-0 puede terminar como víctima de su flaqueza en la resta, tanto en estático como en el repliegue.

De hecho, anoche se pudo apreciar un equipo vertical, con la intención de llegar con pocos toques para desarbolar al Eibar y lo consiguió sobre todo por la banda de Álex Moreno y Pedraza, si bien luego marró en la definición y lo pagó con el gol armero.

Otra vez a remolque, otra vez una prueba de carácter a expensas de chispazos, por lo que Rubi cambió el dibujo y puso todo lo que tenía con la entrada de Fekir. No había plan definido, un orden para romper las líneas armeras más allá de la ya habitual capacidad para empujar que le volvió a valer para empatar pero no para más ante un Eibar que nunca se dejó intimidar. Se necesitan más argumentos para solucionar el problema.

La zurda, la vía principal
En un Betis con problemas de estructura en la faceta ofensiva, el carril izquierdo se convirtió en la principal vía de peligro, con Alfonso Pedraza por detrás de Álex Moreno; la entrada posterior de Cristian Tello y el paso atrás del catalán minimizó la repercusión.

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