El guardameta Claudio Bravo, que las últimas cuatro temporadas militó en el Manchester City inglés, es desde este domingo nuevo jugador del Real Betis, que hizo oficial la contratación por un año y otro opcional del veterano internacional chileno, que alarga la interminable lista de fichajes en el portal heliopolitano en las dos últimas décadas.
Porque, que la secretaría técnica del Betis tenga que ir al mercado a por un portero, no es ninguna novedad. Es más, reforzar esa demarcación ha pasado de ser una rara excepción histórica a toda una costumbre en los últimos años. Las tres últimas décadas del siglo pasado y la primera del actual, salvo anecdóticos paréntesis, hubo estabilidad entre los palos con José Ramón Esnaola en los 70 y 80, Pedro Jaro a mediados de los 90 y Toni Prats a finales del XX y el principio de los 2000.
A partir del balear, que inició la década con Enrique Valerio de suplente y pasó nueve campañas en Heliópolis siendo fijo casi hasta el final, únicamente Casto Espinosa, que fue más o menos importante seis cursos, y Antonio Adán, titular indiscutible durante sus cinco temporadas (con Dani Giménez de fiel escudero), gozaron de la continuidad que todo profesional desea.
Con Pau López y Joel Robles, dos fichajes a coste cero, el Betis por fin parecía volver a acertar en la diana; pero el ex del Espanyol sólo duró un año, tras brillar con Quique Setién, estrenarse con la selección absoluta y dejar 23,5 millones de euros de plusvalía más la mitad de los derechos de Tonny Sanabria, y el getafense no ha sabido mantener en su segunda campaña en La Palmera las buenas sensaciones de su primer año en la entidad.
En medio, demasiado fichaje que salió rana y mucho canterano salvador, como son los casos del propio Casto; de Toni Doblas, héroe en la Copa del Rey de 2005, último título del club, y titular en el debut en Champions; y de Adrián San Miguel, quien protagonizó una espectacular 12/13, que acabó con la clasificación a la Europa League del equipo que entonces dirigía Pepe Mel. Tan bueno fue el rendimiento del sevillano, que se marchó a la Premier League; después de que el West Ham aprovechase que su estreno fue tardío. Con 25 años y en el último de contrato, había perdido ya la esperanza de dar el salto al primer equipo. Cuando el club reaccionó para intentar renovarle ya era muy tarde.
En total, entre unas cosas y otras, ha pasado de casi no fichar en la portería, a ver pasar a un total de 17 cancerberos distintos en los 20 últimos años, 12 de ellos en la última década, que fue especialmente inestable excepto en la etapa de Adán. Y en lo que queda de mercado de fichajes esta lista aún se podría ver de nuevo ampliada.
Bravo, contra el dominio del producto patrio
La experiencia reciente apunta a que el Betis sólo obtiene buenos resultados cuando prioriza el mercado nacional. De los 17 metas que ha tenido el Betis este siglo, sólo cinco son foráneos. El quinto es el recién llegado Claudio Bravo, que intentará mejorar el papel de los cuatro extranjeros anteriores, pues todos ellos dejaron mal sabor de boca: el belga Ronny Gaspercic, el portugués Ricardo Martins, el danés Cristian Andersen y el argentino Guille Sara.
Es más, los únicos que superaron los cuatro años en el club son todos españoles. El que más tiempo defendió el arco es Esnaola, con 12 temporadas entre 1973 y 1985. Le sigue Prats, con nueve entre 1996 y 2005. Seis estuvieron dos suplentes del vasco, Jacinto Barroso (1980-1986) y Salvador Navarro 'Salva' (82-88). Empatado con ambos vendría ya Casto (2007-2013) y en el club de los cinco están José Casas 'Pepín' (1960-1965) y Adán (2013-2018).