El
Betis se juega ante el Granada casi
asegurar una plaza europea que hace apenas un mes se daba por hecha, pero que se ha complicado tras el resurgir del equipo de Diego Martínez y del Athletic de Marcelino. Y, sobre todo, tras los seis empates consecutivos del conjunto de Pellegrini.
Por fortuna, sus más directos rivales,
Real Sociedad y Villarreal, también estaban ocupados con la Copa y la Europa League y no se le han escapado, pero tras el resurgir donostiarra, una derrota o un nuevo empate el lunes sería casi despedirse de una quinta plaza que de cara a la clasificación europea puede ser casi lo mismo que la sexta posición, pero no en lo económico.
En principio y, dependiendo de lo que el Villarreal haga en la final de Gdansk, dos serán los puestos de Europa League y, el último, para la novedosa Conference League. En la que no habría representación española si los amarillos ganan al Manchester United y se meten en Champions. Por eso es importante agarrar la quinta o la sexta posición. Para evitar sorpresas.
Pero más aún por el dinero que representa en un año muy complicado, en el que el Betis tiene que ajustar de nuevo su presupuesto para sacar adelante la situación provocada por el coronavirus.
Ser quinto significaría para el Betis asegurarse 32,5 millones de euros a cobrar en los próximos cinco años. Siete millones menos cobraría el sexto (25,3) y unos 18 el séptimo. Por lo que la diferencia entre quedar en una u otra posición es más que significativa.
Hay que advertir que estas cantidades se reciben en cinco años, pero se cobraría
un 35% el próximo año (20% el siguiente y 15% los tres restantes), que ya es un buen pellizco y que se sumaría a lo que el Betis tiene pendiente de ingresar de pasadas campañas.
No es lo económico lo que preocupa a Pellegrini y a sus hombres; ni siquiera de lo que están pendientes los aficionados. Pero sí una cúpula a la que cualquier empuje económico les puede permitir cuadrar cuentas y formar un mejor conjunto el próximo año.