Estampas poco conocidas de los jugadores, la mayoría con chaqueta oscura pero sin corbata, con las honrosas excepciones de Joaquín, Canales Aitor Ruibal y Diego Lainez, el extremo mexicano incorporando, incluso, chalequillo. Otros como Bellerín rompieron la tónica general al apostar por el marrón, mientras que Willian José o Andrés Guardado se decantaron por prendas más claras. También Nabil Fekir, aunque el campeón del Mundo ya podría haber ido en pijama que nadie se habría fijado más que en su sombrero de ala ancha, que el '8' vestía como si lo hubiese llevado toda la vida y con una sonrisa de oreja a oreja que tranquilizaba más, si cabe, a propios y extraños.
Antes de un brindis por la Champions, que sigue a tres puntos de distancia a falta de 12 por disputarse y con la visita al Benito Villamarín de todo un rival directo como el Barcelona el próximo sábado, el propio presidente, Ángel Haro, ejercía de manitas subido a una silla para reparar algo en lo alto de la lona de la caseta. Una vez atendidos los medios de comunicación que esperaban desde un buen rato antes, tocaba conjura en pos de la cuarta plaza de la clasificación. De claudicar los culés, las esperanzas estarían intactas antes de visitar Mestalla para volver a verse las caras con el subcampeón de Copa, recibir al Granada y terminar en el Bernabéu posiblemente con el Madrid en chanclas si remonta este miércoles ante el City en las semifinales de Champions. Incluso, habría tiempo de despedir la Feria y ver los fuegos artificiales a pocos metros de distancia antes de pensar en el Valencia.
Repase en nuestra galería.