Ben Yedder, con sus goles, obligó a Pablo Machín a encontrarle un sitio en el once titular, pasando el soriano a jugar con dos puntas, junto a André Silva, y reordenando su once.
Un dibujo en el que Éver Banega retrasó su posición y, como pivote por delante de la línea de tres centrales, ha visto aún más potenciado su rol como sevillista, donde ya no es sólo faro del equipo nervionense, sino que también es el que más recupera, el mejor pasador y está en camino de pulverizar sus registros de cara a puerta.
Un Banega para todo que, con 20 millones de cláusula, está cada vez más en boca de todos los grandes de Europa. El diez no tiene interés en marcharse, pero Caparrós tiene que saber contentarlo; que no sea de todos.
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