Toda la atención del sevillismo debe estar puesta en las seis finales que restan. Los más ambiciosos seguirán soñando con una tercera plaza (a tres puntos que son cuatro con el ´average´) que daría lustre a la temporada pese a todo. Los más temerosos mirarán a un
Villarreal que hoy se puede colocar a sólo cinco. Pero unos y otros comparten la progresiva decepción vivida de la mano de un entrenador que llegó como ´inventor del fútbol´ y
se puede marchar con un sonoro fracaso en su primera experiencia en el fútbol europeo, el que de verdad mide a los profesionales de este deporte. Sobre el campo, su equipo se ha caído, sin encontrar alternativas a un estilo que se ha ido difuminando. Pero más molesta, si cabe, que haya dado pie al ´circo´ montado por los argentinos. Ayer, sin ir más lejos,
negó la reunión de su abogado con la AFA. Pero hasta el
Sevilla respondió enlazando una noticia sobre dicho cónclave en su web. "No me vendas más la moto", le habrá dicho el propio Castro.
Fernando Mateos
