Jesús Galiano4 min lecturaLa etapa de Brian Ocampo en el Cádiz CF parece acercarse a su fin. Lo que prometía ser una temporada de despegue para el extremo uruguayo ha terminado convirtiéndose en una de sus peores campañas desde que aterrizó en el fútbol español. A pesar de que comenzó el curso dejando detalles prometedores, su rendimiento ha ido decayendo hasta volverse prácticamente irrelevante para el equipo de Gaizka Garitano.
El arranque de temporada dejó algunas pinceladas de calidad por parte de Ocampo, incluso sumando actuaciones como titular en buena parte de los partidos iniciales. Sin embargo, con el paso de las jornadas, su impacto se ha desvanecido casi por completo. A día de hoy, el jugador suma 30 apariciones en la competición liguera, pero sólo ha contribuido con un gol y tres asistencias, números muy por debajo de lo esperado para un atacante con su perfil.
El último episodio que ha terminado por colmar la paciencia de la afición tuvo lugar en el partido frente al Burgos CF, donde Ocampo iba a formar parte del once inicial, pero quedó fuera de la convocatoria por molestias físicas surgidas en el calentamiento. Su lugar fue ocupado por Rubén Sobrino, quien respondió con el gol que dio la victoria al conjunto gaditano, acentuando la sensación de que Ocampo ya no es imprescindible.
Con apenas cinco jornadas restantes para el cierre de la temporada, todo apunta a que el ciclo del extremo charrúa en Cádiz está agotado. Según informaciones de Radio Cádiz, la directiva ya estaría trabajando en una posible salida del futbolista durante el próximo mercado estival, con opciones en el fútbol sudamericano donde su nombre aún conserva cierto cartel.
A pesar de su talento en el uno contra uno (es el séptimo jugador con más regates en la categoría), sus problemas físicos y su actitud apática en los minutos que ha tenido han lastrado su impacto. Su desinterés visible en ciertos encuentros, como ocurrió ante el Burgos, ha terminado por decepcionar a una hinchada que en su momento confió en que sería uno de los referentes ofensivos del equipo.
Desde la llegada de Garitano al banquillo, parecía abrirse una nueva oportunidad para Ocampo, pero las constantes lesiones y su falta de intensidad en los entrenamientos le han apartado de los planes del técnico. Hoy por hoy, sus apariciones se limitan a minutos residuales, sin peso alguno en el juego colectivo del Cádiz CF.
El panorama es claro: Ocampo necesita un cambio de aires. Tanto el club como el propio jugador podrían beneficiarse de una separación que permita al uruguayo recuperar su mejor versión en otro entorno. Mientras tanto, en el Nuevo Mirandilla, la paciencia se ha terminado y ya pocos creen que podrá revertir esta situación.