El Liverpool toca fondo en Anfield y deja a Arne Slot en el alambre

El conjunto red sigue sumido en una crisis de las más importantes que se recuerdan. Arne Slot y Konaté, los grandes señalados del encuentro ante el PSV, que logró anoche su primera victoria en el templo inglés

El Liverpool toca fondo en Anfield y deja a Arne Slot en el alambre
El Liverpool, en una de las mayores crisis que se recuerdan - Cordon Press

El Liverpool se asoma ya sin disimulo a una de sus crisis más profundas de los últimos tiempos. Arne Slot advertía en la previa que su equipo no estaba hecho para convivir con la derrota, pero ese discurso se ha quedado antiguo: los reds han perdido nueve de los últimos doce partidos y su caída no encuentra freno. La última bofetada llegó ante un PSV Eindhoven desatado, que firmó un triunfo histórico en Anfield (1-4) y dejó al conjunto inglés tambaleándose, sin respuestas y con varios señalados. El principal, Ibrahima Konaté, protagonista de un error que simboliza el momento dramático del Liverpool.

Una reacción fugaz en un equipo que vive entre dudas

El partido arrancó con un aire de resignación que se hizo realidad demasiado pronto. Van Dijk levantó la mano en un salto a la salida de un córner y el balón la golpeó: penalti claro que Perisic convirtió sin despeinarse. A pesar de la mala dinámica, Anfield contuvo el aliento sin caer en el pánico. La reacción fue inmediata: una internada de Gakpo terminó en un disparo que Kovar rechazó a los pies de Szoboszlai, que no perdonó para poner el 1-1 y despertar a su equipo.

Durante unos minutos el Liverpool empujó. Van Dijk estrelló un cabezazo contra el larguero, Salah y Ekitiké probaron suerte y Kovar sostuvo al PSV con una serenidad admirable. El alivio local se vio sacudido por un gol de Yarek anulado por fuera de juego y por un penalti reclamado que el VAR no consideró suficiente. El equipo de Slot vivía en un carrusel de emociones constante, sin una identidad clara y con la defensa nuevamente al borde del colapso.

El derrumbe final: Konaté queda retratado y Anfield dicta sentencia

La segunda mitad confirmó lo que ya se intuía: el PSV estaba más entero, más rápido y con más intención. Junior armó un eslalon perfecto y cedió a Til, que definió con una calidad exquisita para el 1-2. El golpe dejó aturdido al Liverpool, incapaz de reaccionar.

Y entonces llegó la jugada que marcó la noche. En el minuto 73, Konaté se enredó con el balón como si quemara. Pepi le robó la cartera, corrió hacia Mamardashvili, estrelló su remate en el poste y Driouech apareció como un rayo para hacer el 1-3. Ese instante derrumbó a un Liverpool ya frágil, agotado mentalmente y sin energía para levantarse.

Con Anfield vaciándose y Slot encerrado en su área técnica, el PSV remató la faena con otro contragolpe que Driouech transformó en el definitivo 1-4. Una sentencia que cayó como un martillo sobre un equipo roto.

El Liverpool vive una crisis mayúscula. Y Konaté, en el centro del huracán, simboliza a la perfección el naufragio red.