Sara Portillo Maya4 min lectura20 de agosto del 2023, fecha marcada en rojo y que se quedará grabada para muchos: la Selección Española de Fútbol, en su versión femenina, se hizo con el primer Mundial absoluto de su historia. Se proclamó campeona en la final celebrada en Sídney contra la poderosa Inglaterra merced a un gol de Olga Carmona. Tuvo su celebración en Madrid, masiva. Histórico. Sin embargo, la gesta se vio empañada por la polémica. ¿El motivo? Luis Rubiales, lejos de quedarse en un segundo plano se puso en medio de los focos al propinarle un beso a Jenni Hermoso en la entrega de medallas.
A raíz de eso, entre otros gestos que dejaron mucho que desear en el palco al lado de las representantes de la corona de España, se generó un revuelo mediático que desde la Real Federación Española de Fútbol intentaron frenar sin éxito. Se realizó una Asamblea en la que Luis Rubiales dijo muchas veces que no iba a dimitir y trató de justicar lo injustificable: un presidente no debería protagonizar tales actos (fuera o no el beso consentido). Y se llevó el aplauso de los presentes, entre ellos, Luis de la Fuente y Jorge Vilda.
El actual entrenador de la Selección Española de Fútbol en términos absolutos (un año hace ya desde que cogió el testigo de Luis Enrique) recogió cable poco después, pero la imagen dio la vuelta y ya era demasiado tarde para él: fueron muchas las críticas sobre su persona. Ahora ha hablado al respecto en una entrevista distendida en El Partidazo de la COPE, en la que ha asegurado que fue "un error" y que él no es "así". Además, la oleada de críticas le afectó personalmente, algo a lo que también hace referencias.
Es, sin duda, uno de los momentos más críticos y polémicos a los que se ha enfrentdo el riojano durante el tiempo que ha estado a los mandos del banquillo de 'La Roja', a la que ha logrado clasificar para la próxima Eurocopa de 2024 con buenos resultados (aunque se viera empañado por la terrible lesión de Gavi). El seleccionador, incluso ha participado en el 'caso Rubiales' en calidad de testigo. Antes, en la Asamblea de la Federación en la que aún Luis Rubiales se aferraba al cargo y reafirmó que no hizo nada malo en besar a la futbolista tras la final del Mundial de Australia y Nueva Zelanda, al tiempo que adquirió un papel más victimista por todo lo que habia sucedido tras ello, Luis de la Fuente aplaudió.
"Fue totalmente y absolutamente una actitud inaceptable, ni me reconocía. Una vez que salí de allí dije 'no soy yo'. Si yo hubiera seguido pensando que eso era lo correcto, hubiera ido hasta el final defendiendo mi postura, pero yo no soy así. Lo de la Asamblea fue simplemente un error, pedí disculpas, pido perdón", dice.
Sobre todo lo que vino después, una lluvia de críticas hacia su personas, mostró su rechazo y enfado: "Me ha hecho ser más reservado y me protejo un poco más. Cuando te pegan una puñalada duele. A mí me han dolido". "A mí la crítica profesional no me molesta nada. Estoy acostumbrado y sé que tiene que ser así. Que me critiquen y me cuestionen por lo puramente profesional, futbolístico, me parece fenomenal. Pero que se hablen de infundios y se digan cosas que no son reales, a mí me jode", completó su intervención.