Opinión

¿Adiós definitivo o guerra accionarial con Serra en la oposición?

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
7 min lectura
¿Adiós definitivo o guerra accionarial con Serra en la oposición?
- Joaquín Adorna
Nuevo capítulo en el serial de hitos autodestructivos en la historia del Betis. Tras dos primeros años de mandato con errores acumulados, Haro y Catalán habían logrado en estos dos últimos lo más complicado, estabilidad institucional y un hombre que liderara el proyecto deportivo.

Sin embargo, han decidido dar otro giro radical de timón -prescindir de Serra Ferrer- que deja en el club una profunda crispación social y una gran incertidumbre en torno a la construcción de una nueva dirección deportiva. Conviene dejar claro, en primero lugar, que a Serra Ferrer lo echan, no se va. Hay muchas formas de despedir y muchas formas de irse. Consumado el hecho, la salida de una empresa, institución o club, como es el caso, cada cual 'vende' el adiós como más le interesa. Y hay una evidencia: Serra Ferrer no presenta su dimisión en ningún momento.

Conscientes de que toman una medida impopular, Haro y Catalán no le plantan la carta de despido encima de la mesa, pero le enseñan la puerta de salida ofreciéndole un cargo sin poder ejecutivo, sin voz de mando y cobrando tres veces menos.

Serra, como era de esperar en quien considera que ha hecho un gran trabajo hasta la fecha, no acepta el nuevo rol y deja en manos de los dirigentes el empujón definitivo. Sus razones tendrán Haro y Catalán para apartar del club al señor en el que más confían los béticos para construir un Betis a la altura de su afición. Tanto es así, que ya hay aficionados que se están movilizando y que han solicitado permiso a la Subdelegación del Gobierno para concentrarse en la puerta de cristales del Benito Villamarín el próximo jueves 20 de junio a partir de las 19:00 horas.

Los argumentos que se han hecho públicos no son contundentes. Si hay algo más grave, tendrán que comunicarlo cuando estimen oportuno. Es lógico que se quiera reestructurar la dirección deportiva para mejorarla y modernizarla, pero al margen del pésimo mercado invernal y del mal año de la cantera, en dos temporadas Serra Ferrer ha revalorizado un plantel con jugadores como Pau López, Canales, William Carvalho o Lo Celso por los que se pueden ingresar muchísimos millones de euros.

Una despedida fría (un mensaje en redes sociales ya avanzado el día: "Gracias por todo Lorenzo, ésta siempre será tu casa") para el mayor referente de los béticos, que recuerdan hoy al Serra Ferrer que lideraba al Betis campeón de Copa en el Calderón el 11 de junio de 2005. Catorce años después, las ilusiones depositadas en la tercera etapa del mallorquín se van por un sumidero incomprensiblemente abierto por quienes gobiernan el club y en el momento más inoportuno, mientras todos los equipos preparan los proyectos de la próxima temporada.

No sé si aciertan o se equivocan, el tiempo pondrá a cada cual en su sitio, pero se presenta un nuevo escenario de dudas en la parcela más determinante de la entidad. Fracasaron Eduardo Macià, a quien dieron las llaves del cortijo, y Miguel Torrecilla. Y después de seis entrenadores (Merino, Poyet, Víctor Sánchez del Amo, Alexis, Setién y ahora Rubi), se despide a Serra Ferrer y se vuelve a empezar de cero. Desde el recordado 23-S (23 de septiembre de 2015) en el que Haro y Catalán ganaban la Junta General de Accionistas a Castaño y Lopera (Farusa), ambos acumulan casi cuatro años de gobierno.

Tras dos temporadas sin dar con la tecla, recurrieron a Serra Ferrer para salvar una Junta General Extraordinaria solicitada por Rafael Salas en mayo del 2017. El reclamo de Serra, con quien nunca quisieron contar al considerarle parte del pasado loperiano, les sirvió para afianzarse en el poder. Y Serra les cambió la vida, a ellos y al Betis.

El balear volvió a hacerlo. Dio el visto bueno a Setién para el banquillo, mejoró considerablemente la plantilla en el primer año y el Betis regresó a Europa. En esta campaña, las diferencias en torno a Setién (Serra quería destituirle cuando aún había opciones europeas; Haro y Catalán, en cambio, no) empezaron a abrir una brecha que empezó a chorrear sangre en la tarde-noche de este lunes. Gran decepción en lo deportivo, pero margen amplio de reacción con ventas que podrían dejar, fácilmente, unos 150 millones de euros en las arcas del club.

Haro y Catalán se dan un tiro en el pie, torpeza mayúscula. No han sido lo suficientemente inteligentes para llegar a un consenso con quien, ante todo, les servía como escudo protector ante la grada. Se quedan al descubierto, con Rubi en el banquillo y con, otra vez, una dirección deportiva por construir. Para colmo, no han sabido cuidar las formas para despedir a uno de los personajes más idolatrados por los béticos.

¿Se trata de un adiós definitivo o se inicia una guerra accionarial con Don Lorenzo Serra Ferrer en una candidatura de oposición? Serra se va desilusionado tras otra triste despedida. En el aire queda una cuarta etapa porque el escudo que pierden unos puede convertirse en el arma perfecta de una inminente oposición.
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