La de Corbera de Llobregat, podrá disfrutar este sábado de una breve pausa tras seis jornadas completadas con éxito, que le han supuesto una tremenda exigencia física.
Sanz, debido a una lesión en su mano derecha sufrida en la pasada edición del Dakar y a la enfermedad de Lyme, contraída este verano, no contó con apenas tiempo de preparación para este Dakar y lo está notando.
"Hacia el final me ha pasado un poco lo mismo de ayer; he acusado bastante la falta de entreno y los últimos 70 kilómetros me han costado físicamente", reconoció.
Además, este viernes la misma mano que se lesionó el año pasado, volvió a ocasionarle problemas. "He acabado con dolor en la mano derecha. Supongo que no debo coger del todo bien el manillar y me he debido haber hecho una tendinitis, también fruto de no haberme podido preparar bien", explicó Laia.
Sin embargo, la catalana se mostró satisfecha de haber logrado completar seis jornadas y espera seguir creciendo en el segundo tramos de la competición.
Tras la jornada de descanso de este sábado, la carrera se reanudará el domingo con la séptima, entre Ha'il y Sakaka, que contará con 267 kilómetros de enlace y una especial de 471 al término de la cual los pilotos no podrán contar con sus asistencias mecánicas al tratarse de la etapa maratón.