Objetivo sin objetivos: alinear pilares como la disciplina, la armonía o el perpetuo viaje iniciático. ¿Un imposible? No. Tal vez el exoesqueleto de la hoja de ruta del
hapkido, un arte marcial coreano que tiempo atrás cruzó las fronteras de
Asia para quedarse. Atravesando una línea que acentúa su vulnerabilidad a peligros como la corrupción de su esencia. Por suerte, como apuntaba
Goscinny, una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y siempre al invasor. La defensa numantina extiende sus ramificaciones desde la comarca de
La Vega hasta otros puntos de la provincia de
Sevilla. "No queremos que nos pase como al
taekwondo. A nosotros nos preocupa que la persona evolucione, crezca. En otros ámbitos sólo se inculca aquello de ganar, ganar y ganar", confiesa el maestro
José Luis Rueda, que regenta la
Escuela Choson de Alcalá del Río. "No tengo ni idea de las medallas que hemos logrado. Lo principal es que ellos se entreguen cada día", apostilla el instructor, aclarando que cuentan con ocho escuelas y que actualmente no poseen sede en la capital porque "hay muchos gimnasios grandes que no tratan con respeto a las artes marciales".
Sin respaldo institucional para el
Campeonato del Mundo del próximo 23 de julio, el proceso de aprendizaje y realización reserva un capítulo extra para la financiación, donde la conciencia ecológica marca el camino: "Mi viaje a
Corea va a estar pagado íntegramente con el reciclaje. He conocido varios países así. La única condición es que cada uno se lo tiene que currar por sí solo".
"Vamos a aprender"Un requisito que cumple el villaverdero
Juan Manuel Lozano, quien exprime las posibilidades del papel, las latas o los tapones de plástico. "Llevo reciclando año y medio. Es la vía en la que basamos nuestro pasaporte", admite el alumno, tan inclinado como su preceptor a proteger el espíritu del
hapkido: "Vamos a aprender. Con disfrutar al máximo y conocer otras culturas nos basta. Ahora se aproxima
Corea, pero estamos intentando ir también a
México y a
Australia en
2017".
El talante de
Lozano, como el de su paisana
Alba Donoso (oro mundial en su día) y tantos otros, robustece el ideario de
Rueda. Humildad. Concentración. Respeto. Disciplina. "Está demostrado que el mero hecho de practicar un arte marcial implica una mayor facilidad para estudiar. No hay un solo chaval de los que están en la escuela que no tenga claro su futuro", recuerda el maestro. También por escrito. ´
Hapkido. ¿Verdades?´, uno de sus libros, profundiza en ese credo y destierra mitos. Desde el purismo bien entendido. Resistiendo a las interferencias en un rincón de
Sevilla plagado de irreductibles que ahora sólo sueñan con poner pie en
Corea del Sur.