Ha llegado la hora de la verdad. En cuatro días, el
Sevilla se jugará buena parte de sus ilusiones en dos de los tres frentes abiertos que aún mantiene. Con la final de
Copa guardada en un cajón hasta abril,
Montella y los suyos tienen ante sí otras dos 'finales', dos citas clave sin más margen de maniobra.
En el horizonte, atrae sobremanera esa cita del próximo martes en el 'Teatro del los Sueños', con todo abierto para intentar romper el techo de los octavos de la
Champions. Pero para estar de nuevo en la máxima competición europea el curso venidero y volver a vivir noches como la de
Old Trafford, hay que hacer los deberes en
LaLiga. Y después de muchos tachones en ella, todo pasa por ganar esta tarde.
Llega el
Valencia con una holgada renta de ocho puntos, más un 'average’' particular muy difícil de superar, tras el 4-0 de
Mestalla. Por ello, ni siquiera el triunfo sevillista, que le dejaría a cinco unidades, garantiza nada, aunque sí podría activar el 'canguelo' de un conjunto che al que le viene bien el empate y que en caso de triunfo dejaría sentenciada la pelea por la cuarta plaza con nueve jornadas por delante: se iría a 11 puntos más el referido 'average'.
Ante este panorama,
Montella lo tiene claro. En realidad, desde que llegó. Tiene un once muy definido y en él tiene depositada toda su confianza para salir adelante, por lo que lo seguirá exprimiendo para estos dos encuentros decisivos. Porque, además, nada le garantiza que rotando vaya a dar la campanada en Inglaterra, aunque comienzan a mosquear en el club situaciones como la que vive
Roque Mesa, una vez más fuera de la lista.
A tenor de las pruebas realizadas, la única novedad en la alineación que todos los sevillistas recitan de carrerilla sería la entrada de
Nolito, al que ha enchufado en los últimos partidos, por
Correa, si bien al sanluqueño lo ha ido metiendo más por dentro y esta vez lo colocaría en la banda izquierda.
Por lo demás, todo igual, con
Layún de nuevo en el lateral derecho ante la lesión en el gemelo derecho de
Jesús Navas, que no estará tampoco en Mánchester. Sin duda, un problemón.
Pero ya pensará en ello
Montella. Hoy, sus esfuerzos se centran en encontrar la fórmula para desmontar la solidez valencianista, antojándose vital una mayor efectividad para derribar el muro de un equipo que ha dejado atrás su 'pájara' de comienzos de año, una vez liberado de la
Copa, y ha recuperado la velocidad de crucero, consiguiendo 13 puntos de los últimos 15.
Marcelino, por su parte, mantiene la duda de
Gayà -si no se recupera entrará
Lato en el lateral zurdo- y también podría dar entrada a
Coquelin por
Carlos Soler, consciente también de que se trata de una 'final', con cuentas pendientes y el recuerdo de
M'Bia en la memoria che.