La ilusión por disputar un Mundial relega a un segundo plano el cansancio con el que se afronta esta cita después de una temporada completa a máximo rendimiento. Inevitablemente, los futbolistas llegan con las piernas cargadas, sobre todo los componentes de las selecciones más potentes, ya que, por lo general, son futbolistas importantes en sus respectivos conjuntos.
Ocurre por ejemplo con Argentina, que alcanza la cita con sus efectivos al límite, con muchos partidos a sus espaldas y el depósito justo para darlo todo por su país. Y no es casualidad que entre los jugadores que han sufrido un mayor desgaste durante el curso se encuentre Éver Banega, el tercero con más choques, entre el Sevilla y la selección, disputados durante un ejercicio en el que el rosarino ha gozado de muy poco descanso.
Sólo dos compañeros han jugado más que él, Marcos Acuña, del Sporting Clube, que ha disputado un total de 61, y el azulgrana Lionel Messi, con 60, tres más de los que ha sumado el centrocampista nervionense, imprescindible en los planes de Berizzo, Montella y Caparrós. A esta cifra hay que sumarles los que juegue en el Mundial, un mínimo de tres y un máximo de siete si llega a la final.
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